1 de diciembre de 2013

Tiempo de Adviento

El Adviento es el primer periodo del Año Litúrgico cristiano, que consiste en un tiempo de preparación para el nacimiento de Cristo. Su duración puede variar de 21 a 28 días, dado que se celebran los cuatro domingos más próximos a la festividad de Navidad. Los fieles lo consideran un tiempo de reflexión y de perdón.





Durante el Adviento, se coloca en las iglesias y también en algunos hogares una corona de ramas de pino, llamada " Corona de Adviento", con cuatro velas, una por cada domingo de este periodo. Hay una pequeña tradición en este Tiempo Litúrgico: a cada una de esas cuatro velas se le asigna una virtud que hay que mejorar en esa semana, por ejemplo:
  •  primera, el amor
  •  segunda, la paz
  •  tercera, la tolerancia 
  •  cuarta, la fe.  


LA SÍNTESIS DEL ADVIENTO EN UN DECÁLOGO

1.- Adviento es una palabra de etimología latina, que significa “venida”.
2.- Adviento es el tiempo litúrgico compuesto por las cuatro semanas que preceden a la Navidad como tiempo para la preparación al Nacimiento del Señor.
3.- El adviento tiene como color litúrgico al morado que significa penitencia y conversión, en este caso, transidas de esperanza ante la inminente venida del Señor.
4.- El adviento es un periodo de tiempo privilegiado para los cristianos ya se nos invita a recordar el pasado, vivir el presente y preparar el futuro.
5.- El adviento es memoria del misterio de gracia del nacimiento de Jesucristo. Es memoria de la encarnación. Es memoria de las maravillas que Dios hace en favor de los hombres. Es memoria de la primera venida del Señor. El adviento es historia viva.
6.- El adviento es llamada vivir el presente de nuestra vida cristiana comprometida y a experimentar y testimoniar la presencia de Jesucristo entre nosotros, con nosotros, por nosotros. El adviento nos interpela a vivir siempre vigilantes, caminando por los caminos del Señor en el justicia y en el amor. El adviento es presencia encarnada del cristiano, que cada vez que hace el bien, reactualiza la encarnación y la natividad de Jesucristo.
7.- El adviento prepara y anticipa el futuro. Es una invitación a preparar la segunda y definitiva venida de Jesucristo, ya en la “majestad de su gloria”. Vendrá como Señor y como Juez. El adviento nos hace proclamar la fe en su venida gloriosa y nos ayuda a prepararnos a ella. El adviento es vida futura, es Reino, es escatología.
8.- El adviento es tiempo para la revisión de la propia vida a la luz de vida de Jesucristo, a la luz de las promesas bíblicas y mesiánicas. El adviento es tiempo para el examen de conciencia continuado, arrepentido y agradecido.
9.- El adviento es proyección de vida nueva, de conversión permanente, del cielo nuevo y de la tierra nueva, que sólo se logran con el esfuerzo nuestro -mío y de cada uno de las personas- de cada día y de cada afán.
10.- El adviento es el tiempo de María de Nazaret que esperó, que confío en la palabra de Dios, que se dejó acampar por El y en quien floreció y alumbró el Salvador de mundo.







La lectura de la Biblia en el Ciclo A

Al comenzar un nuevo ciclo de lecturas para el año litúrgico se introducen
matices nuevos provocados por la lectura de los textos bíblicos
según los autores que se leen. En este ciclo se lee fundamentalmente
el Evangelio de san Mateo. Si prestamos atención, el evangelio
de san Mateo nos llevará a vivir más de cerca una lectura
eclesiológica de la vida cristiana, una mirada sobre Cristo vivido
más de cerca en comunidad. Notaréis que contiene abundantes
citas del Antiguo Testamento y cómo Cristo es la clave de interpretación
de la Escritura.
Un aspecto original de este Ciclo A se da en la Cuaresma: se leen los
tres evangelios que se utilizaban en los primeros siglos de la Iglesia para
iluminar la última cuaresma de los catecúmenos que se acercaban a la
celebración de la Iniciación Cristiana: Bautismo, Confirmación y Eucaristía
celebrados en la Vigilia Pascual. Tres evangelios y tres temas muy sugerentes
 sacramentalmente: la samaritana (el agua), el ciego de nacimiento (la luz) y la
resurrección de Lázaro (la vida).
No estamos siempre en lo mismo, la participación activa de los fieles, en este
caso, consiste en una escucha sapiencial de la Palabra de Dios.






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