3 de marzo de 2013

Tercer Domingo de Cuaresma - Ciclo C

En el evangelio de hoy:

Jesús empieza al principio del capítulo a rebatir la idea que muchos judíos tienen que
cuando una calamidad pasa es el castigo de Dios sobre nosotros.
Esta parábola también enfatiza que Dios es un Dios misericordioso. Él no quiere cortar la higuera sin darle más tiempo para producir fruto. Dios tiene mucha paciencia y quiere dar a todos nosotros el suficiente tiempo para confiar en Él. Pero al final, el tiempo se acaba y la decisión para aceptarlo no se nos es ofrecida. Por eso, es muy importante hacer una decisión para Cristo antes de que no tengamos otra oportunidad.



Continuamos en este camino de conversión que nos marca la Iglesia, y pedimos a Dios nos siga dando fuerzas para intensificar nuestra oración, el ayuno y la caridad con la limosna. 


Las lecturas de hoy nos describen algunos rasgos del Dios cristiano.
Dios es fuego que no se consume
Dios se define a si mismo como EL QUE ES.
Un Dios que anhela la conversión del hombre.
Un Dios paciente, que sabe esperar.




Adiós Benedicto XVI


Tras casi 8 años de papado, Benedicto XVI dejó de ser el jefe del Vaticano,  para convertirse en un “simple peregrino que inicia la última etapa de su vida”.








Benedicto XVI, 265 sucesor del apóstol San Pedro al frente de la Iglesia Católica, dejó el papado que comenzó el 19 de abril de 2005, cuando fue elegido a la muerte  de Juan Pablo II, en el primer cónclave del siglo XXI.





Durante su despedida, el pasado 28 de febrero, no hubo ceremonia especial, pues así lo establece el Código de Derecho Canónico. Lo único que se necesita es la renuncia en plenas facultades mentales y que lo haga ante los cardenales, lo que hizo el 11 de febrero.
La única señal visible que anunció que Benedicto XVI ya no era papa fue el momento en el que se escuchó en el reloj de palacio las campanadas de las 20:00 horas e inmediatamente la Guardia Suiza cerró la puerta del palacio de Castel Gandolfo, dando por concluido su servicio al papa Ratzinger y abandonando el lugar.
A partir de ese momento, la seguridad de Ratzinger está garantizada por la Gendarmería Vaticana.






“No seré más el Sumo Pontífice de la Iglesia Católica. Seré un simple peregrino, que inicia la última etapa de su peregrinación en esta tierra”, dijo con voz serena.
El Papa se mostró sonriente, cálido y después de saludar a sus vecinos, giró sobre sí mismo y su espalda y solideo blanco fueron lo último que pudo verse antes de que cerraran las ventanas.






La gente permaneció en la plaza de Castel Gandolfo, hasta que los guardias suizos cerraron las puertas a las ocho en punto.
Mientras, en el Vaticano, el apartamento del Papa fue sellado hasta que haya un nuevo pontífice, y el anillo del Pescador de Benedicto XVI fue machacado.