15 de noviembre de 2015

Día de la Iglesia diocesana

Este domingo 15 de Noviembre, celebramos el día de la Iglesia Diocesana, con el lema: “Una Iglesia y miles de historias gracias a ti”




La iglesia católica en España tiene una larga historia. Durante siglos se ha celebrado la fe, se ha anunciado el Evangelio y se ha vivido la caridad a favor de los más pobres y necesitados.

Todo ello gracias al esfuerzo y entrega generosa de miles de cristianos que, con su tiempo o con sus bienes han contribuido a la gran misión de la Iglesia de Jesucristo.

Este año el papa Francisco ha convocado un año jubilar de la misericordia.

Nuestra Iglesia no puede ser ajena a la palabra de Jesús que ha señalado la misericordia como ideal de vida y como criterio de credibilidad de nuestra fe. “Dichosos los misericordiosos porque encontrarán misericordia” (Mt 5, 7)

La Iglesia siente la urgencia de anunciar la misericordia de Dios; esta llamada a ser el rostro visible de la misericordia de Dios, no sólo anunciándola y celebrándola sino también haciéndola visible. Porque todos los miembros de la iglesia somos llamados a vivir la caridad con el prójimo.

La labor social y asistencial de las iglesias diocesanas que atienden a los más desprotegidos facilita el conocimiento del verdadero rostro de la Iglesia ayudando a los más necesitados de nuestra sociedad con la entrega generosa de la vida de sus agentes de pastoral y de tantos y tantos colaboradores, benefactores y voluntarios con que cuenta.
A pesar de la continuidad del contexto económico desfavorable sigue aumentando el porcentaje de personas que quieren colaborar con la iglesia a través de la declaración de la renta.

Hoy sigue teniendo sentido no sólo creer en la iglesia, sino también quererla y ayudarla del mismo modo que ayudaríamos a un ser querido, porque todos somos una gran familia.

Las obras de caridad no solamente no excluyen sino que presuponen la lucha por la justicia, lo afirma el mismo Concilio y toda la doctrina del Magisterio: “Para que este ejercicio de la caridad sea verdaderamente irreprochable y aparezca como tal, es necesario (…) cumplir antes que nada las exigencias de la justicia, para no dar como ayuda de caridad lo que ya se debe por razón de justicia”. Y en la Gaudium et spes insiste en que el Concilio “pretende hacer un ardiente llamamiento a los cristianos para que con el auxilio de Cristo, autor de la paz, cooperen con todos los hombres a cimentar la paz en la justicia y el amor”

Pincha en este enlace y leerás la revista de nuestra Diócesis. 


El día de la Iglesia Diocesana es una llamada para todos a colaborar, en la medida de nuestras posibilidades con esta sociedad con la que el Señor se comprometió y que todos soñamos. Él nos capacita para llevarla adelante. Escuchemos su palabra que transforma nuestros corazones y nos dispone al bien común. Si vivimos el verdadero sentido de la Iglesia católica y de comunión, se despertará en nosotros espontáneamente esa necesidad de compartir nuestra vida y nuestros bienes con los que lo necesitan más que nosotros.

Eusebio Hernández Sola, obispo de Tarazona




Aunque se celebra un día concreto, lo vivimos todo el año y, por eso, queremos descubrir juntos tu diócesis, tu parroquia... Somos la familia de los hijos de Dios. Celebra el día de la Iglesia Diocesana reconociendo cada una de las historias que hay en ella, gracias a ti. ¡Ayuda a tu parroquia!


SAN MARTÍN DE TOURS

San Martín es un santo muy querido para los franceses, y muy popular en todo el mundo. Nació en Hungría, pero sus padres se fueron a vivir a Italia. Era hijo de un veterano del ejército y a los 15 años ya vestía el uniforme militar.

Una noche vio en sueños que Jesucristo se le presentaba vestido con el medio manto que él había regalado a un pobre y oyó que le decía: "Martín, hoy me cubriste con tu manto".

Luego de esta visión renunció a las armas y decidió seguir a Cristo en una milicia más noble. En seguida se fue a Poitiers donde era Obispo el gran sabio San Hilario, el cual lo recibió como discípulo y se encargó de instruirlo. Como Martín sentía un gran deseo de dedicarse a la oración y a la meditación, San Hilario le cedió unas tierras en un sitio muy solitario y allá fue con varios amigos, fundando el primer convento o monasterio que hubo en Francia. En esa soledad estuvo diez años dedicado a orar, a hacer sacrificios y a estudiar las Sagradas Escrituras.


En Tours fundó otro convento y pronto tenía ya 80 monjes. Y gracias a los milagros, la dedicación, y la piedad del nuevo Obispo, pronto desapareció el paganismo en esa región.
Reportaje obtenido de:



Refranero Castellano