6 de diciembre de 2016

SAN NICOLÁS DE MIRA O BARI



 “Sería un pecado no repartir mucho, siendo que Dios nos da tanto”, solía decir San Nicolás, patrono de los niños, los marineros, los viajeros y de Rusia, Grecia y Turquía. Un aceite milagroso brota de sus restos, que ha servido para la curación de los enfermos. Su fiesta se celebra cada 6 de diciembre.
Al tratarse de un santo de los primeros siglos, poco se sabe con certeza de él, salvo que nació en Licia (actual Turquía), y en una familia muy rica. Tenía un tío Obispo que lo ordenó sacerdote.
Sus padres murieron atendiendo a los enfermos de una epidemia y dejaron a San Nicolás una fortuna. sin embargo, el joven decidió repartirla entre los pobres e ingresar a un monasterio como monje. Más adelante peregrinó a Egipto y Palestina, donde conoció Tierra Santa.
A su regreso, llegó a la ciudad de Mira, en Turquía, donde los obispos y sacerdotes discutían en el templo sobre quién debía ser elegido como nuevo Obispo de la ciudad. Al final decidieron que sería el próximo sacerdote que ingresara al recinto. En ese momento entró San Nicolás y fue elegido como Prelado por aclamación de todos.
Sin embargo, se desató una persecución contra los cristianos y es encerrado en una prisión, de la que es liberado por el emperador Constantino, cuando éste subió al trono.
"Gracias a las enseñanzas de Nicolás, la metrópolis de Mira fue la única que no se contaminó con la herejía arriana la cual rechazó firmemente, como si fuese un veneno mortal", decía San Metodio. El arrianismo negaba la divinidad de Jesucristo. Así mismo San Nicolás combatió incansablemente el paganismo.
Defensor de la justicia, salvó a tres jóvenes de ser ejecutados, víctimas de un soborno del gobernador Eustacio, quien luego se arrepintió al ser reprendido por San Nicolás.
Tres oficiales fueron testigos de estos hechos y posteriormente, cuando estaban en peligro de muerte, rezaron a San Nicolás. El Santo se le apareció en sueños a Constantino y le ordenó que los liberase porque eran inocentes.
El emperador, luego de que los soldados le dijeran que ellos habían invocado a San Nicolás, los envió libres y con una carta al Santo Obispo, en la que le pedía que orase por la paz en el mundo.
Es patrono de los marineros porque en medio de una tempestad unos marineros empezaron a  clamar: “Oh Dios, por las oraciones de nuestro buen Obispo Nicolás, sálvanos”. En ese momento, se cuenta, apareció San Nicolás sobre el barco, bendijo el mar y este se calmó. Luego el Obispo desapareció.
Según la costumbre de oriente, los marineros del mar Egeo y del Jónico tienen una “estrella de San Nicolás” y se desean buen viaje diciendo: “Que San Nicolás lleve tu timón”.
Se narra también que tres niños fueron asesinados y arrojados en un barril de sal. Sin embargo, por la oración de San Nicolás los infantes volvieron a la vida. Por ello es patrono de los niños y se le suele representar con tres pequeños a su costado.
Otra leyenda narra que en la Diócesis de Mira había un vecino en extrema pobreza que decidió exponer a sus tres hijas vírgenes a la prostitución para que todos ellos puedan subsistir.
San Nicolás, buscando evitar que esto sucediera y en la oscuridad de la noche, arrojó por la chimenea de la casa de aquel hombre una bolsa con monedas de oro. Con el dinero se casó la hija mayor.
Quiso el Santo hacer lo mismo en bien de las otras dos, pero en la segunda ocasión, después de tirar la bolsa sobre la pared del patio de la casa, San Nicolás se enredó con la ropa que estaba tendida para secar y el padre descubrió a su bienhechor y le agradeció su caridad.
San Nicolás partió a la Casa del Padre un 6 de diciembre, pero no sabe con exactitud si fue en el año 345 o en el 352. Más adelante su devoción aumentó y se reportaron numerosos milagros.
En el S. VI, el emperador Justiniano construyó una Iglesia en Constantinopla (hoy Estambul) en su honor, y se hizo popular en todo el cristianismo. San Nicolás es patrono de Rusia, Grecia y Turquía. Además es honrado en ciudades de Italia, Holanda, Suiza, Alemania, Austria y Bélgica.
En 1087 sus huesos fueron rescatados de Mira, que había caído bajo invasión musulmana, y se llevaron a Bari, en la costa adriática de Italia. Por esto es llamado San Nicolás de Mira o San Nicolás de Bari. Sus reliquias reposan en la Iglesia de “San Nicola de Bari”.
De sus restos brota un aceite conocido como el “Manna di S. Nicola”. En Mira, se decía que "el venerable cuerpo del obispo, embalsamado en el aceite de la virtud, sudaba una suave mirra que le preservaba de la corrupción y curaba a los enfermos, para gloria de aquél que había glorificado a Jesucristo, nuestro verdadero Dios".
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FELICIDADES A TODOS LOS QUE HOY CELEBRAN SU ONOMÁSTICA.


SEGUNDO DOMINGO DE ADVIENTO 2016





  • Dios quiere venir a nosotros pero no se impone
    • Nos pide que abramos la puerta y preparemos el camino.
  • Una voz en el desiertoJuan el Bautista. Prepara el camino del Señor
    • El corazón de su predicación es el anuncio de Isaías (Is 40, 3). «Voz del que grita en el desierto: preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas».
  • Cuando un rey visitaba una ciudad, los ciudadanos debían preparar el camino. Se trata de trabajo muy intenso: Trabajos enormes de tierra, rellenando lo bajo, bajando lo elevado. 
    • Esos reyes por lo general imponían cargas como impuestos. La gente esperaba que si la visita era amena les iría mejor. 
    • Pero nosotros preparamos el camino al Rey que viene no a imponer cargas sino a liberarnos y darnos su amor y su vida eterna.
    • Con cuanto amor y gratitud debemos entonces preparar su camino.
  • El camino que debemos preparar es nuestro corazón.
    • Se trata de algo mas difícil que construir carreteras, pues exige abrir el corazón y dejar que Jesús entre y reine. Es entregar plenamente nuestra vida a El.
    • El corazón esta dominado por egoísmo y toda clase de pecados, muchos que aun ni siquiera reconocemos.
    • Todos necesitamos conversión. Poner toda la atención de Dios, hacer examen de conciencia con rigor, y entrar en disciplina que permita un cambio de vida. Así hizo Juan Bautista en el desierto.
  • Cuando Juan se hizo famoso y todos iban a el, los fariseos y saduceos quisieron ser vistos participando en el rito del bautismo. 
    • Pero Juan los retó fuertemente. El sabe que la falsificación de la religión causa escándalo.  Esa es la que se vive sin el sincero deseo de cambiar el corazón a la verdad y el amor. Esa religión se convierte en un obstáculo para los que buscan el camino.
    • Es una advertencia para nosotros para no caer en hacer solo el rito externo y seguir como antes.  Es tiempo de trabajo intenso para lograr nuestra propia conversión.  

La venida del Hijo de Dios a la tierra es un acontecimiento tan inmenso que Dios quiso prepararlo durante siglos. Ritos y sacrificios, figuras y símbolos de la "Primera Alianza" (Hb 9, 15) todo lo hace converger hacia Cristo; anuncia esta venida por boca de los profetas que se suceden en Israel. Además, despierta en el corazón de los paganos una espera, aún confusa, de esta venida.

San Juan Bautista es el precursor inmediato del Señor, enviado para prepararle el camino. «Profeta del Altísimo», sobrepasa a todos los profetas, de los que es el último, e inaugura el Evangelio; desde el seno de su madre saluda la venida de Cristo y encuentra su alegría en ser «el amigo del esposo» a quien señala como «el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo». Precediendo a Jesús «con el espíritu y el poder de Elías», da testimonio de él mediante su predicación, su bautismo de conversión y finalmente con su martirio.
Al celebrar anualmente la liturgia de Adviento, la Iglesia actualiza esta espera del Mesías: participando en la larga preparación de la primera venida del Salvador, los fieles renuevan el ardiente deseo de su segunda Venida.



















SAN JUAN DAMASCENO Y SANTA BÁRBARA



Hoy 4 de diciembre la Iglesia celebra la Fiesta de San Juan Damasceno, Doctor de la Iglesia y defensor de la veneración de imágenes y reliquias de los santos. “Dado que ahora Dios ha sido visto en la carne y ha vivido entre los hombres, yo represento lo que es visible en Dios”, escribió el santo.
San Juan nació en Damasco, capital de Siria, y de aquí proviene su gentilicio de Damasceno. Vivió entre los siglos VII y VIII y creció en una familia cristiana acomodada. Insatisfecho de la vida de la corte, ingresó al monasterio de San Sabas, cerca de Jerusalén.
Fue ordenado sacerdote y, sin alejarse del monasterio, se dedicó a la ascesis, la actividad literaria y pastoral.
Por aquel entonces, el emperador de Constantinopla, León el Isaurico, prohibió el culto a las imágenes, siguiendo a los iconoclastas que acusaban a los católicos de adorar imágenes. Iconoclasta es una herejía que afirma que es superstición el uso de una imagen religiosa y pide que se destruya. Por ello los iconoclastas destruían las imágenes y perseguían a los que las veneraban.
San Juan Damasceno defendió esta veneración en sus tres “Discursos contra quienes calumnian las imágenes santas”. El santo escribió: “Yo no venero la materia, sino al creador de la materia, que se hizo materia por mí y se dignó habitar en la materia y realizar mi salvación a través de la materia”.
“¿No es materia el madero de la cruz tres veces bendita? (...) ¿Y no son materia la tinta y el libro santísimo de los Evangelios? ¿No es materia el altar salvífico que nos proporciona el pan de vida? (...) Y antes que nada, ¿no son materia la carne y la sangre de mi Señor?”, añadió.
Sobre las reliquias de los santos, San Juan Damasceno sostuvo que "ante todo (veneramos) a aquellos en quienes ha habitado Dios, el único santo, que mora en los santos, como la santa Madre de Dios y todos los santos”.
“Estos son los que, en la medida de lo posible, se han hecho semejantes a Dios con su voluntad y por la inhabitación y la ayuda de Dios, son llamados realmente dioses, no por naturaleza, sino por contingencia, como el hierro al rojo vivo es llamado fuego, no por naturaleza sino por contingencia y por participación del fuego. De hecho dice: ‘Seréis santos, porque yo soy santo’”, recordó.
San Juan Damasceno muere a mediados del S. VIII. El Segundo Concilio de Nicea (787) respaldó lo que el santo tanto defendió, pues señaló que las imágenes pueden ser expuestas y veneradas legítimamente porque el respeto que se les muestra va dirigido a la persona que representan. Papa León XIII lo proclamó Doctor de la Iglesia Universal en 1890.












Según una antigua tradición, Santa Bárbara era hija de un hombre muy rudo llamado Dióscoro. Como ella no quería creer en los ídolos paganos de su padre, éste la encerró en un castillo, al cual le había mandado colocar dos ventanas, pero la santa mandó a los obreros a que añadieran una tercera ventana para acordarse de las Tres Divinas personas que conforman la Santísima Trinidad. Sin embargo, este acto enfureció más a su incrédulo padre, quien permitió que la martirizaran cortándole la cabeza con una espada.
De esta manera, Santa Bárbara es representada con una espada, una palma (señal de que obtuvo la palma del martirio) y con una corona porque se ganó el reino de los cielos. La misma tradición señala además, que cuando Dióscoro bajaba del monte donde habían matado a su hija, le cayó un rayo y lo mató, y es por este hecho, que muchas personas rezan a la santa para pedir su intersección y verse libre de los rayos de las tormentas. En su sepulcro se obraron muchos milagros.
                             



FELICIDADES A TODOS LOS QUE HOY CELEBRAN SU ONOMÁSTICA.


SAN FRANCISCO JAVIER

Nació en el castillo de Javier (Navarra) el año 1506. Cuando estudiaba en París, se unió al grupo de san Ignacio. Fue ordenado sacerdote en Roma el año 1537, y se dedicó a obras de caridad. El año 1541 marchó al Oriente. Evangelizó incansablemente la India y el Japón durante diez años, y convirtió muchos a la fe. Murió el año 1552 en la isla de Sanchón Sancián, a las puertas de China.





FELICIDADES A TODOS LOS QUE HOY CELEBRAN SU ONOMÁSTICA.