20 de abril de 2014

VIERNES SANTO

La tarde del Viernes Santo presenta el drama inmenso de la muerte de Cristo en el Calvario. La cruz erguida sobre el mundo sigue en pie como signo de salvación y de esperanza.
Con la Pasión de Jesús según el Evangelio de Juan contemplamos el misterio del Crucificado, con el corazón del discípulo Amado, de la Madre, del soldado que le traspasó el costado. 
San Juan, teólogo y cronista de la pasión nos lleva a contemplar el misterio de la cruz de Cristo como una solemne liturgia. Todo es digno, solemne, simbólico en su narración: cada palabra, cada gesto. La densidad de su Evangelio se hace ahora más elocuente.
Y los títulos de Jesús componen una hermosa Cristología. Jesús es Rey. Lo dice el título de la cruz, y el patíbulo es trono desde donde el reina. Es sacerdote y templo a la vez, con la túnica inconsútil que los soldados echan a suertes. Es el nuevo Adán junto a la Madre, nueva Eva, Hijo de María y Esposo de la Iglesia. Es el sediento de Dios, el ejecutor del testamento de la Escritura. El Dador del Espíritu. Es el Cordero inmaculado e inmolado al que no le rompen los huesos. Es el Exaltado en la cruz que todo lo atrae a sí, por amor, cuando los hombres vuelven hacia él la mirada.
La Madre estaba allí, junto a la Cruz. No llegó de repente al Gólgota, desde que el discípulo amado la recordó en Caná, sin haber seguido paso a paso, con su corazón de Madre el camino de Jesús. Y ahora está allí como madre y discípula que ha seguido en todo la suerte de su Hijo, signo de contradicción como El, totalmente de su parte. Pero solemne y majestuosa como una Madre, la madre de todos, la nueva Eva, la madre de los hijos dispersos que ella reúne junto a la cruz de su Hijo. Maternidad del corazón, que se ensancha con la espada de dolor que la fecunda.
La palabra de su Hijo que alarga su maternidad hasta los confines infinitos de todos los hombres. Madre de los discípulos, de los hermanos de su Hijo. La maternidad de María tiene el mismo alcance de la redención de Jesús. María contempla y vive el misterio con la majestad de una Esposa, aunque con el inmenso dolor de una Madre. Juan la glorifica con el recuerdo de esa maternidad. Ultimo testamento de Jesús. Ultima dádiva. Seguridad de una presencia materna en nuestra vida, en la de todos. Porque María es fiel a la palabra: He ahí a tu hijo.
El soldado que traspasó el costado de Cristo de la parte del corazón, no se dio cuenta que cumplía una profecía y realizaba un último, estupendo gesto litúrgico. Del corazón de Cristo brota sangre y agua. La sangre de la redención, el agua de la salvación. La sangre es signo de aquel amor más grande, la vida entregada por nosotros, el agua es signo del Espíritu, la vida misma de Jesús que ahora, como en una nueva creación derrama sobre nosotros.
La celebración
Hoy no se celebra la Eucaristía en todo el mundo. El altar luce sin mantel, sin cruz, sin velas ni adornos. Recordamos la muerte de Jesús. Los ministros se postran en el suelo ante el altar al comienzo de la ceremonia. Son la imagen de la humanidad hundida y oprimida, y al tiempo penitente que implora perdón por sus pecados.
Van vestidos de rojo, el color de los mártires: de Jesús, el primer testigo del amor del Padre y de todos aquellos que, como él, dieron y siguen dando su vida por proclamar la liberación que Dios nos ofrece.
Acción litúrgica en la muerte del Señor
1. La Entrada
La impresionante celebración litúrgica del Viernes empieza con un rito de entrada diferente de otros días: los ministros entran en silencio, sin canto, vestidos de color rojo, el color de la sangre, del martirio, se postran en el suelo, mientras la comunidad se arrodilla, y después de un espacio de silencio, dice la oración del dia.
2. Celebración de la Palabra
  • Primera Lectura
    Espectacular realismo en esta profecía hecha 800 años antes de Cristo, llamada por muchos el 5º Evangelio. Que nos mete en el alma sufriente de Cristo, durante toda su vida y ahora en la hora real de su muerte. Dispongámonos a vivirla con Él.
  • Salmo ResponsorialEn este Salmo, recitado por Jesús en la cruz, se entrecruzan la confianza, el dolor, la soledad y la súplica: con el Varón de dolores, hagamos nuestra esta oración.
  • Segunda lecturaEl Sacerdote es el que une a Dios con el hombre y a los hombres con Dios... Por eso Cristo es el perfecto Sacerdote: Dios y Hombre. El Único y Sumo y Eterno Sacerdote. Del cual el Sacerdocio: el Papa, los Obispos, los sacerdotes y los Diáconos, unidos a Él, son ministros, servidores, ayudantes...
  • Versículo antes del Evangelio (Flp 2, 8-9)
    Cristo, por nosotros, se sometió incluso a la muerte, y una muerte de cruz. Por eso Dios lo levantó sobre todo, y le concedió el "Nombre-sobre-todo-nombre".
    Como siempre, la celebración de la Palabra, después de la homilía, se concluye con una ORACIÓN UNIVERSAL, que hoy tiene más sentido que nunca: precisamente porque contemplamos a Cristo entregado en la Cruz como Redentor de la humanidad, pedimos a Dios la salvación de todos, los creyentes y los no creyentes.
3. Adoración de la Cruz
Después de las palabras pasamos a una acción simbólica muy expresiva y propia de este dia: la veneración de la Santa Cruz es presentada solemnemente la Cruz a la comunidad, cantando tres veces la aclamación:
Mirad el árbol de la Cruz, donde estuvo clavada la salvación del mundo. VENID A ADORARLO", y todos nos arrodillamos unos momentos cada vez; y entonces vamos, en procesión, a venerar la Cruz personalmente, con una genuflexión (o inclinación profunda) y un beso (o tocándola con la mano y santiguándonos); mientras cantamos las alabanzas a ese Cristo de la Cruz:
"Pueblo mío, ¿qué te he hecho...?" "Oh Cruz fiel, árbol único en nobleza..." "Victoria, tú reinarás..."
4. La Comunión
Desde 1955, cuando lo decidió Pío Xll en la reforma que hizo de la Semana Santa, no sólo el sacerdote -como hasta entonces - sino también los fieles pueden comulgar con el Cuerpo de Cristo.
Aunque hoy no hay propiamente Eucaristía, pero comulgando del Pan consagrado en la celebración de ayer, Jueves Santo, expresamos nuestra participación en la muerte salvadora de Cristo, recibiendo su "Cuerpo entregado por nosotros".







JUEVES SANTO


La liturgia del Jueves Santo es una invitación a profundizar concretamente en el misterio de la Pasión de Cristo, ya que quien desee seguirle tiene que sentarse a su mesa y, con máximo recogimiento, ser espectador de todo lo que aconteció 'en la noche en que iban a entregarlo'. Y por otro lado, el mismo Señor Jesús nos da un testimonio idóneo de la vocación al servicio del mundo y de la Iglesia que tenemos todos los fieles cuando decide lavarle los pies a sus discípulos.
En este sentido, el Evangelio de San Juan presenta a Jesús 'sabiendo que el Padre había puesto todo en sus manos, que venía de Dios y a Dios volvía' pero que, ante cada hombre, siente tal amor que, igual que hizo con sus discípulos, se arrodilla y le lava los pies, como gesto inquietante de una acogida incansable.
San Pablo completa el retablo recordando a todas las comunidades cristianas lo que él mismo recibió: que aquella memorable noche la entrega de Cristo llegó a hacerse sacramento permanente en un pan y en un vino que convierten en alimento su Cuerpo y Sangre para todos los que quieran recordarle y esperar su venida al final de los tiempos, quedando instituida la Eucaristía.
La Santa Misa es entonces la celebración de la Cena del Señor en la cuál Jesús, un día como hoy, la víspera de su pasión, "mientras cenaba con sus discípulos tomó pan..." (Mt 28, 26).
Él quiso que, como en su última Cena, sus discípulos nos reuniéramos y nos acordáramos de Él bendiciendo el pan y el vino: "Hagan esto en memoria mía" (Lc 22,19).
Antes de ser entregado, Cristo se entrega como alimento. Sin embargo, en esa Cena, el Señor Jesús celebra su muerte: lo que hizo, lo hizo como anuncio profético y ofrecimiento anticipado y real de su muerte antes de su Pasión. Por eso "cuando comemos de ese pan y bebemos de esa copa, proclamamos la muerte del Señor hasta que vuelva" (1 Cor 11, 26).
De aquí que podamos decir que la Eucaristía es memorial no tanto de la Ultima Cena, sino de la Muerte de Cristo que es Señor, y "Señor de la Muerte", es decir, el Resucitado cuyo regreso esperamos según lo prometió Él mismo en su despedida: " un poco y ya no me veréis y otro poco y me volveréis a ver" (Jn 16,16).
Como dice el prefacio de este día: "Cristo verdadero y único sacerdote, se ofreció como víctima de salvación y nos mandó perpetuar esta ofrenda en conmemoración suya". Pero esta Eucaristía debe celebrarse con características propias: como Misa "en la Cena del Señor".
En esta Misa, de manera distinta a todas las demás Eucaristías, no celebramos "directamente" ni la muerte ni la Resurrección de Cristo. No nos adelantamos al Viernes Santo ni a la Noche de Pascua.
Hoy celebramos la alegría de saber que esa muerte del Señor, que no terminó en el fracaso sino en el éxito, tuvo un por qué y para qué: fue una "entrega", un "darse", fue "por algo" o, mejor dicho, "por alguien" y nada menos que por "nosotros y por nuestra salvación" (Credo). "Nadie me quita la vida, había dicho Jesús, sino que Yo la entrego libremente. Yo tengo poder para entregarla." (Jn 10,16), y hoy nos dice que fue para "remisión de los pecados" (Mt 26,28).
Por eso esta Eucaristía debe celebrarse lo más solemnemente posible, pero, en los cantos, en el mensaje, en los signos, no debe ser ni tan festiva ni tan jubilosamente explosiva como la Noche de Pascua, noche en que celebramos el desenlace glorioso de esta entrega, sin el cual hubiera sido inútil; hubiera sido la entrega de uno más que muere por los pobre y no los libera. Pero tampoco esta Misa está llena de la solemne y contrita tristeza del Viernes Santo, porque lo que nos interesa "subrayar"; en este momento, es que "el Padre nos entregó a su Hijo para que tengamos vida eterna" (Jn 3, 16) y que el Hijo se entregó voluntariamente a nosotros independientemente de que se haya tenido que ser o no, muriendo en una cruz ignominiosa.
Hoy hay alegría y la iglesia rompe la austeridad cuaresmal cantando él "gloria": es la alegría del que se sabe amado por Dios, pero al mismo tiempo es sobria y dolorida, porque conocemos el precio que le costamos a Cristo.
Podríamos decir que la alegría es por nosotros y el dolor por Él. Sin embargo predomina el gozo porque en el amor nunca podemos hablar estrictamente de tristeza, porque el que da y se da con amor y por amor lo hace con alegría y para dar alegría.
Podemos decir que hoy celebramos con la liturgia (1a Lectura). La Pascua, pero la de la Noche del Éxodo (Ex 12) y no la de la llegada a la Tierra Prometida (Jos. 5, 10-ss).
Hoy inicia la fiesta de la "crisis pascual", es decir de la lucha entre la muerte y la vida, ya que la vida nunca fue absorbida por la muerte pero si combatida por ella. La noche del sábado de Gloria es el canto a la victoria pero teñida de sangre y hoy es el himno a la lucha pero de quien lleva la victoria porque su arma es el amor.

                      

18 de abril de 2014

Semana Santa

Semana Santa: 
Se basa en la Pascua Judía por la salida de los hebreos del cautiverio en Egipto. El Domingo de Pascua es el primer Domingo después de la primera Luna llena posterior al primer equinoccio del año y cae entre el 22 de Marzo y el 25 de Abril, fecha fijada por el Concilio de Nicea en el año 325.

 La última semana de cuaresma, que precede inmediatamente a Pascua 



Domingo de Ramos.-El que precede a la Fiesta de Pascua. Se conmemora la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén, como Cristo Rey y Mesías, entre aclamaciones de la multitud de gente que agitaban ramas de palmas y a su paso tendían mantos en el suelo. Jesús venía desde Betfage, un poblado a 3 km. al sur, arribó montado en un burro, Ahora las palmas se han sustituido con pequeños ramos de hierbas con tallos y flores, para su bendición antes de la procesión previa a la celebración de la Santa Misa y que al término de ésta, los fieles se llevan a sus casas los ramos para adornar sus imágenes pictóricas o escultóricas. El interior de la iglesia se adorna con palmas que después se quemarán y sus cenizas se usarán en el Miércoles de Ceniza. 

Lunes y Martes Santos se dedican a la preparación de la Pasión de Jesús. 

Miércoles Santo se hace la ceremonia de la bendición de los Santos Óleos. 

Jueves Santo, Ver “Visita de las 7 casas”. Santa Misa con ceremonia del lavatorio de los pies y las instituciones de la Eucaristía y sacerdocio en la Última Cena. La agonía de Jesús en el huerto de los olivos en Getsemaní, la traición de Judas Iscariote, el prendimiento de Jesús por los guardias del templo, por orden de Caifás el sumo sacerdote judío que dirigía el Sanhedrín, el Consejo de los fariseos. Caifás inició el proceso contra Jesús, logrando que los romanos lo condenaran a muerte en la cruz por blasfemo cuando aceptó ser el Hijo de Dios. 

Viernes Santo, conmemoración de la muerte de Jesús en la cruz, recorrido y meditación del Vía Crucis. 
Las 7 palabras de Jesús en la cruz: 
1a.-Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen, Lucas 23, 34 
2a.-Hoy estarás conmigo en el paraíso, Lucas 23, 43 
3a.-Mujer, he ahí a tu hijo, he ahí a tu madre Juan 19, 26-27 
4a.-Eloí, Eloí, ¿lemá sabactani? Dios mío, Dios mío, ¿por que me has abandonado?, Marcos 15, 34 
En Mateo 27, 46, dice Elí, Elí en lugar de Eloí, Eloí, como lo menciona Marcos 
5a.-Tengo sed, Juan 19, 28 
6a.-Todo se ha consumado, Juan 19, 30 
7a.-Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. Mateo 23, 46 
Celebración solemne de la Pasión y Muerte de Cristo. No se celebra la Misa, se hace la adoración de la cruz y se imparte la comunión. 

Sábado Santo en el exterior de las iglesia se enciende y bendice el Fuego Nuevo, que junto con la bendición en el interior de la iglesia del Cirio, simbolizan la Luz de Jesús y también se bendice el Agua Pascual. Pésame a la Virgen. 

Pascua la fiesta más importante del cristianismo, conmemorativa de la Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo de entre los muertos.

Domingo de Ramos

El Domingo de Ramos es la entrada mesiánica de Jesús en Jerusalén, para dar comienzo a su pasión y muerte en la cruz. Este día da comienzo a la Semana Santa.
Es conocido con este nombre ya que estas ramas de olivo fueron puestas en el camino de Jesús cuando ingresó montado en un asno. Se le conoce también como el Domingo de la Pasión.
Antes de entrar en Jerusalén, la gente tendía sus mantos por el camino y otros cortaban ramas de árboles alfombrando el paso, tal como acostumbraban saludar a los reyes. en la actualidad se utilizan ramas de olivo las cuales significan vida.
En este  día que se abre de manera oficial la Semana Santa, se realiza una celebración en dos partes:domingoderamos1
1.- Bendición de Ramos y Procesión, se bendicen los ramos, por lo que se comienza con gran alegría, ya en la procesión con los ramos benditos, se cantan himnos a Cristo Rey.
2.-Celebración de  la Santa misa, que estará llena de símbolos sobre la penitencia y el dolor.
El domingo de ramos es un día de profesión de Fe para los católicos, quienes asisten con veneración y disposición total para acompañar el camino de Jesús. El color que se usa en este día es elrojo, que representa a Jesús como rey en su entrada triunfal y la Pasión del Señor. Al principio de la celebración, el sacerdote viste con capa pluvial roja y se la retira cuando llega al altar para colocarse la casulla del mismo color.
Las Palmas y los Olivos
Los Evangelios describen el momento en que Jesús de Nazaret entró triunfalmente a Jerusalén. Una gran multitud, llevando en las manos palmas y hojas de olivos, lo aclamaba como el Hijo de Dios.
Estas dos plantas tenían un gran valor en los pueblos de medio oriente. De ellos obtenían pan, vino, vinagre y miel. De la palmera también obtenían fibras para tejidos y de los troncos, carbón para  los herreros.
La palma era para el pueblo judío, símbolo de riqueza y fecundidad. La tradición cristiana celebra este momento el Domingo de Ramos reconociendo al Hijo de Dios como el que posee y da la verdadera riqueza que no acaba.Domingo-de-Ramos1
Actualmente, al terminar la Misa, se acostumbra a llevar  las palmas benditas al hogar y colocarlas detrás de las puertas en forma de cruz. Esto como una forma de recordar, entre los católicos, que Jesús es el rey y que debe siempre darle  la bienvenida en el  hogar.




La vida de Jesús - 19 - Entrada triunfal en Jerusalén



Viernes de Dolores




El Viernes de Dolores es el viernes anterior al Domingo de Ramos, comprendido dentro de la última semana de la Cuaresma, conocida por la Iglesia como Semana de Pasión. En este Viernes de Dolores se recuerdan los dolores sufridos por la Virgen María, desde la profecía de Simeón hasta la muerte de Jesús. 

El Concilio Vaticano II consideró, dentro de las diversas modificaciones al calendario litúrgico, suprimir las fiestas consideradas "duplicadas", esto es, que se celebren dos veces en un mismo año; por ello la fiesta primigenia de los Dolores de Nuestra Señora el viernes antes del Domingo de Ramos fue suprimida, siendo reemplazada por la moderna fiesta de Nuestra Señora de los Dolores el 15 de Septiembre. 

A pesar de ello, la Santa Sede contempla que, en los lugares donde se halle fervorosamente fecunda la devoción a los Dolores de María, este día puede celebrarse sin ningún inconveniente con todas las prerrogativas que le son propias. 
Los católicos manifiestan su fervor religioso en la celebración de los Dolores de Nuestra Señora, incluyendo por ejemplo en la liturgia de la Misa la secuencia del Stabat Mater: "Estando la Madre al pie de la cruz de Jesús…”

“Déjame pasar la vida a tu lado, Madre mía.
Acompañando tu soledad amarga y tu dolor profundo.
Déjame sentir en el alma el triste llanto de tus ojos
y el desamparo de tu corazón.”

Oración a la Virgen de los Dolores




Oración Stabat Mate





6 de abril de 2014

V Domingo de Cuaresma - Ciclo A


El evangelio de hoy, según san Juan, es un precioso texto sobre realidades humanas: la amistad y la muerte. Jesús lloró ante la muerte de su amigo Lázaro. Sus tres mandatos: “Quiten la piedra”, “Sal fuera”, y “Desátenlo y déjenlo caminar” son mandatos que nos cuestionan a todos. Nos ponemos de pie para escuchar la Buena Nueva de hoy.






31 de marzo de 2014

IV Domingo de Cuaresma - Ciclo A

Jesús nos limpia los ojos

Hoy, cuarto domingo de Cuaresma —llamado domingo “alegraos”— toda la liturgia nos invita a experimentar una alegría profunda, un gran gozo por la proximidad de la Pascua.



Jesús fue causa de una gran alegría para aquel ciego de nacimiento a quien otorgó la vista corporal y la luz espiritual. El ciego creyó y recibió la luz de Cristo. En cambio, aquellos fariseos, que se creían en la sabiduría y en la luz, permanecieron ciegos por su dureza de corazón y por su pecado. De hecho, «No creyeron los judíos que aquel hombre hubiera sido ciego, hasta que llamaron a los padres del que había recobrado la vista» (Jn 9,18).

¡Cuán necesaria nos es la luz de Cristo para ver la realidad en su verdadera dimensión! Sin la luz de la fe seríamos prácticamente ciegos. Nosotros hemos recibido la luz de Jesucristo y hace falta que toda nuestra vida sea iluminada por esta luz. Más aun, esta luz ha de resplandecer en la santidad de la vida para que atraiga a muchos que todavía la desconocen. Todo eso supone conversión y crecimiento en la caridad. Especialmente en este tiempo de Cuaresma y en esta última etapa. San León Magno nos exhorta: «Si bien todo tiempo es bueno para ejercitarse en la virtud de la caridad, estos días de Cuaresma nos invitan a hacerlo de manera más urgente».

Sólo una cosa nos puede apartar de la luz y de la alegría que nos da Jesucristo, y esta cosa es el pecado, el querer vivir lejos de la luz del Señor. Desgraciadamente, muchos —a veces nosotros mismos— nos adentramos en este camino tenebroso y perdemos la luz y la paz. San Agustín, partiendo de su propia experiencia, afirmaba que no hay nada más infeliz que la felicidad de aquellos que pecan.

La Pascua está cerca y el Señor quiere comunicarnos toda la alegría de la Resurrección. Dispongámonos para acogerla y celebrarla. «Vete, lávate» (Jn 9,7), nos dice Jesús… ¡A lavarnos en las aguas purificadoras del sacramento de la Penitencia! Ahí encontraremos la luz y la alegría, y realizaremos la mejor preparación para la Pascua.





Curación del Ciego de Nacimiento 

Fragmento de la famosa película de Franco Zefirelli: "Jesús de Nazaret" que recoge este pasaje evangélico




Quiero verte
Canción que describe la curación del ciego de nacimiento en la piscina de Siloé. Aparecen partes de dos Evangelios distintos para recrear la escena completa.




23 de marzo de 2014

III Domingo de Cuaresma. Ciclo A

En este tercer domingo de Cuaresma las lecturas nos invitan a fijar nuestros ojos y nuestra vida en Dios, quien es la fuente de la vida. En este mundo tan materializado, hemos perdido el conocimiento auténtico de Dios. Hoy nosotros, como el pueblo de Israel, seguimos sedientos de Dios. Busquemos la Roca que nos salva, entrando en su presencia, para fortalecernos cada vez más en la gracia recibida en nuestro bautismo. 







19 de marzo de 2014

San José



José, Santo
Esposo de la Virgen María, Marzo 19
José, Santo


Esposo de la Virgen María

Martirologio Romano: Solemnidad de san José, esposo de la bienaventurada Virgen María, varón justo, nacido de la estirpe de David, que hizo las veces de padre al Hijo de Dios, Cristo Jesús, el cual quiso ser llamado hijo de José y le estuvo sujeto como un hijo a su padre. La Iglesia lo venera con especial honor como patrón, a quien el Señor constituyó sobre su familia.

Etimológicamente; José = Aquel al que Dios ayuda, es de origen hebreo.


Las fuentes biográficas que se refieren a san José son, exclusivamente, los pocos pasajes de los Evangelios de Mateo y de Lucas. Los evangelios apócrifos no nos sirven, porque no son sino leyendas. “José, hijo de David”, así lo llama el ángel. El hecho sobresaliente de la vida de este hombre “justo” es el matrimonio con María. La tradición popular imagina a san José en competencia con otros jóvenes aspirantes a la mano de María. La elección cayó sobre él porque, siempre según la tradición, el bastón que tenía floreció prodigiosamente, mientras el de los otros quedó seco. La simpática leyenda tiene un significado místico: del tronco ya seco del Antiguo Testamento refloreció la gracia ante el nuevo sol de la redención.

El matrimonio de José con María fue un verdadero matrimonio, aunque virginal. Poco después del compromiso, José se percató de la maternidad de María y, aunque no dudaba de su integridad, pensó “repudiarla en secreto”. Siendo “hombre justo”, añade el Evangelio -el adjetivo usado en esta dramática situación es como el relámpago deslumbrador que ilumina toda la figura del santo-, no quiso admitir sospechas, pero tampoco avalar con su presencia un hecho inexplicable. La palabra del ángel aclara el angustioso dilema. Así él “tomó consigo a su esposa” y con ella fue a 
José, Santo
José, Santo
Belén para el censo, y allí el Verbo eterno apareció en este mundo, acogido por el homenaje de los humildes pastores y de los sabios y ricos magos; pero también por la hostilidad de Herodes, que obligó a la Sagrada Familia a huir a Egipto. Después regresaron a la tranquilidad de Nazaret, hasta los doce años, cuando hubo el paréntesis de la pérdida y hallazgo de Jesús en el templo.

Después de este episodio, el Evangelio parece despedirse de José con una sugestiva imagen de la Sagrada Familia: Jesús obedecía a María y a José y crecía bajo su mirada “en sabiduría, en estatura y en gracia”. San José vivió en humildad el extraordinario privilegio de ser el padre putativo de Jesús, y probablemente murió antes del comienzo de la vida pública del Redentor.

Su imagen permaneció en la sombra aun después de la muerte. Su culto, en efecto, comenzó sólo durante el siglo IX. En 1621 Gregorio V declaró el 19 de marzo fiesta de precepto (celebración que se mantuvo hasta la reforma litúrgica del Vaticano II) y Pío IX proclamó a san José Patrono de la Iglesia universal. El último homenaje se lo tributó Juan XXIII, que introdujo su nombre en el canon de la misa.

San José es el santo patrono de los carpinteros y de los padres de familia.

SAN JOSÉ nos enseña a aceptar con gusto las más altas responsabilidades que Dios nos encomienda.






Especial sobre San josé



Vida de San José



Mañanitas a San José (Canto a San José)







19 de marzo 
Día del Padre

El Día del Padre se celebra en muchos países y es recordado en todo el mundo en fechas muy distintas. En España, como en casi la mayoría de los países, el Día del padre es el 19 de marzo, en razón de la festividad de San José, padre de Jesús.

Origen estadounidense 


El Día del Padre se celebra en muchos países y es recordado en todo el mundo en fechas muy distintas. La idea de celebrar el Día del padre surgió en el año 1910, y fue encabezada por Smart Dood, una estadounidense que intentaba, de alguna forma, hacer que el papel de los padres en la sociedad fuese destacado, especialmente de aquellos padres que, como el suyo, cumplían el rol de padre y madre, en la educación de sus hijos, desde la hora de levantarse hasta la hora de acostarse.

William Dodd, un veterano de la guerra civil estadounidense que enviudó al fallecer su esposa mientras daba a luz a su sexto hijo, se quedó sólo y sin apoyo al asumir la tarea de cuidar y  educar a sus seis hijos en una granja al este del estado de Washington.
En razón de eso, Smart Dood vio en su padre un hombre valeroso, cariñoso y desinteresado, que había realizado todo tipo de sacrificios para sacar adelante a su familia. Al principio, ella intentó señalar el 5 junio, fecha del cumpleaños de su padre, como el día de fiesta por los padres, pero no encontró apoyo.
En 1915 el proyecto seguía firme y se sugirió que cada familia celebrase el día del padre con toda libertad. Así en 1972 que se oficializó el tercer domingo del mes de junio para brindar su homenaje a los padres. A partir de este instante, la celebración se extendió rápidamente a Europa, América Latina, Asia y África. Al principio, el Día del padre tenía carácter puramente familiar y no comercial.
No obstante, con el paso de los años, las tiendas empezaron a sacar partido del tema, a promover y vender productos especialmente dirigidos a los padres, lo que llamó la atención de muchos hijos agradecidos, que encontraron ahí una forma de expresar el afecto a sus padres por medio de un regalo. 

Un papá muy ocupado... conmigo


Topo Gigio - Mi Super Papá



Dos bonitos vídeos para felicitar a todos los papas

Felicidades a tod@s los que celebráis vuestra onomástica:
 Josés y Josefas
y
 Feliz día del Padre





16 de marzo de 2014

II Domingo de Cuaresma - Ciclo A


La lectura de san Pablo nos invita a vivir como cristianos y a trabajar por el Evangelio en función de la capacidad que Dios le ha dado a cada uno. Y nos recuerda que todo nos lo ha regalado Dios, hasta su gracia.
Pero Dios nos pide que trabajemos no por obligación y deber, sino como siempre, por nuestro bien, porque cuanto más cerca estemos de Jesús, con más facilidad podremos decir como san Pedro en el Evangelio “qué bien se está aquí, Señor”
Acerquémonos al Evangelio, a la palabra de Jesús, os invito a ello.

Lectura del santo Evangelio según San Mateo (17, 1-9)

En aquel tiempo, Jesús fue a una montaña alta, llevándose a Pedro, a Santiago y a Juan.
Se transfiguró delante de ellos y su cara brillaba como el sol y sus vestidos se volvieron blancos como la nieve. Y se les aparecieron Moisés y Elías conversando con él. Y Pedro, dijo a Jesús: -Señor, ¡aquí estamos muy bien! Si quieres, haré tres chozas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías. Pedro estaba todavía hablando y una nube los cubrió con su sombra, y se oyó una voz que decía: -Este es mi Hijo, el amado. Escuchadlo.
Al oírlo, los discípulos se asustaron. Jesús se acercó y tocándolos les dijo: -Levantaos, no tengáis miedo. Y al mirar a Jesús, vieron que Él estaba solo. Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó: -No digáis a nadie las cosas que habéis visto hasta que el Hijo del Hombre resucite de entre los muertos.



Transfiguración: mensaje de Gloria

Seguimos adelante con esta Cuaresma. Hoy  el Evangelio de Mateo, nos narra, el bello episodio de la Transfiguración del Señor. Jesús quiso dar ánimos a sus apóstoles para los tiempos difíciles que vendrían después, pero los discípulos no entendieron nada. Ya Pedro creyó que había llegado a la gloria y decidió dar continuidad a ese momento construyendo tres chozas… para Jesús, para Moisés, para Elías… Nosotros, por el contrario, si debemos entender ese esfuerzo del Señor Jesús por hacerse comprender, aunque, muchas veces, nosotros tenemos los ojos tan cerrados como los apóstoles hace más de dos mil años.









                            


Ven Jesús, ven a mi vida. Canción de Faustino Díez del disco "Entre nosotros". Dibujos de Fano. Canción elegida para iniciar la Cuaresma 2014. Tema de este año - Descubrir la Misa.


          


9 de marzo de 2014

I Domingo de Cuaresma - Ciclo A





El Miércoles de Ceniza iniciamos el tiempo de la Cuaresma, el camino ascendente que nos conduce hacia la Pascua. 




La Cuaresma es la invitación que Dios nos hace a renovar y cambiar nuestra vida para reencontrarnos con Él y vivir la alegría de la Pascua.














Vídeo-montaje para el tiempo de Cuaresma, con la preciosa canción de Juanes y los maravillosos y expresivos dibujos de Fano que tanto nos hablan de Dios Padre, Amoroso y Compasivo encarnado en el Hijo.








Encuentro de Profesores Católicos -Arciprestazgo Mancha Sur

Sábado 22 de marzo de 2014
a las 10´00h encuentro
Plaza de España de Valdepeñas
Colegio Nuestra Señora de los Dolores (Salesianas)









Estáis tod@s invitado@s.


6 de marzo de 2014

¡Cómo vivir la Cuaresma?



Durante este tiempo especial de purificación, contamos con una serie de medios concretos que la Iglesia nos propone y que nos ayudan a vivir la dinámica cuaresmal.
Ante todo, la vida de oración, condición indispensable para el encuentro con Dios. En la oración, si el creyente ingresa en el diálogo íntimo con el Señor, deja que la gracia divina penetre su corazón y, a semejanza de Santa María, se abre la oración del Espíritu cooperando a ella con su respuesta libre y generosa (ver Lc 1,38).
Asimismo, también debemos intensificar la escucha y la meditación atenta a la Palabra de Dios, la asistencia frecuente al Sacramento de la Reconciliación y la Eucaristía, lo mismo la práctica del ayuno, según las posibilidades de cada uno.
La mortificación y la renuncia en las circunstancias ordinarias de nuestra vida, también constituyen un medio concreto para vivir el espíritu de Cuaresma. No se trata tanto de crear ocasiones extraordinarias, sino más bien, de saber ofrecer aquellas circunstancias cotidianas que nos son molestas, de aceptar con humildad, gozo y alegría, los distintos contratiempos que se nos presentan a diario. De la misma manera, el saber renunciar a ciertas cosas legítimas nos ayuda a vivir el desapego y desprendimiento.
De entre las distintas prácticas cuaresmales que nos propone la Iglesia, Ia vivencia de Ia caridad ocupa un lugar especial. Así nos lo recuerda San León Magno: "Estos días cuaresmales nos invitan de manera apremiante al ejercicio de Ia caridad; si deseamos Ilegar a la Pascua santificados en nuestro ser, debemos poner un interés especialisimo en la adquisición de esta virtud, que contiene en si a las demás y cubre multitud de pecados".
Esta vivencia de la caridad debemos vivirla de manera especial con aquél a quien tenemos más cerca, en el ambiente concreto en el que nos movemos. Así, vamos construyendo en el otro "el bien más precioso y efectivo, que es el de Ia coherencia con la propia vocación cristiana" (Juan Pablo II).
Cómo vivir la Cuaresma
1. Arrepintiéndome de mis pecados y confesándome.
Pensar en qué he ofendido a Dios, Nuestro Señor, si me duele haberlo ofendido, si realmente estoy arrepentido. Éste es un muy buen momento del año para llevar a cabo una confesión preparada y de corazón. Revisa los mandamientos de Dios y de la Iglesia para poder hacer una buena confesión. Ayúdate de un libro para estructurar tu confesión. Busca el tiempo para llevarla a cabo.
2. Luchando por cambiar.
Analiza tu conducta para conocer en qué estás fallando. Hazte propósitos para cumplir día con día y revisa en la noche si lo lograste. Recuerda no ponerte demasiados porque te va a ser muy difícil cumplirlos todos. Hay que subir las escaleras de un escalón en un escalón, no se puede subir toda de un brinco. Conoce cuál es tu defecto dominante y haz un plan para luchar contra éste. Tu plan debe ser realista, práctico y concreto para poderlo cumplir.
3. Haciendo sacrificios.
La palabra sacrificio viene del latín sacrum-facere, que significa "hacer sagrado". Entonces, hacer un sacrificio es hacer una cosa sagrada, es decir, ofrecerla a Dios por amor. Hacer sacrificio es ofrecer a Dios, porque lo amas, cosas que te cuestan trabajo. Por ejemplo, ser amable con el vecino que no te simpatiza o ayudar a otro en su trabajo. A cada uno de nosotros hay algo que nos cuesta trabajo hacer en la vida de todos los días. Si esto se lo ofrecemos a Dios por amor, estamos haciendo sacrificio.
4. Haciendo oración.
Aprovecha estos días para orar, para platicar con Dios, para decirle que lo quieres y que quieres estar con Él. Te puedes ayudar de un buen libro de meditación para Cuaresma. Puedes leer en la Biblia pasajes relacionados con la Cuaresma.