Blog Educativo: Religión Católica. CEIP Luis Palacios Valdepeñas (Cuidad Real)
14 de enero de 2024
PREPARAMOS EL DÍA DE LA PAZ - "UN PLANETA DE PAZ" DE UNAI QUIRÓS 2024
SAN FELIX DE NOLA
Natural de Nola, abrazó el servicio apostólico desde muy joven. Al morir su padre, Felix distribuyó su herencia entre los pobres y fue ordenado sacerdote por San Máximo, Obispo de Nola. Al iniciarse una cruel persecución contra la Iglesia, Máximo huyó al desierto para continuar al servicio de su rebaño. Al no ser encontrado por los soldados romanos, Felix, quien lo sustituía en sus deberes pastorales, fue tomado preso, azotado, cargado de cadenas y encerrado en el calabozo cuyo piso estaba lleno de vidrios.
Sin embargo, el Ángel del Señor se le apareció y le ordenó ir en ayuda de su Obispo, quien yacía medio muerto de hambre y de frío. Ante su capacidad de hacerlo volverlo en sí, el Santo acudió a la oración y al punto apareció un racimo de uvas, cuyas gotas derramó sobre los labios del maestro, el cual recuperó el conocimiento siendo conducido luego a su Iglesia. Felix permaneció escondido orando permanente por la Iglesia hasta la muerte de Decio; sin embargo, continuó siendo perseguido hasta que se estableció la paz de la Iglesia. Murió en medio de la pobreza y el servicio de los más necesitados, a pesar de que fue elegido como Obispo de Nola.
SAN HILARIO DE POITIERS
Nació en Poitiers, en el seno de una ilustre familia. El mismo nos dice que fue educado en la idolatría y hace una narración detallada de como Dios lo llevó al conocimiento de la fe, recibiendo el bautismo a una edad un tanto avanzada.
Hacia el año 350, fue elegido Obispo de Poitiers. Después de su elevación al episcopado compuso antes de partir al destierro en Frigia, un comentario sobre el Evangelio de San Mateo, que ha llegado hasta nosotros. Sin embargo, sus principales escritos son sobre el arrianismo. San Hilario amaba la verdad sobre todas las cosas y no escatimaba ningún esfuerzo, ni rehuía alguno por defenderla. Así, San Hilario defendió ardientemente los decretos del Concilio de Nicea, cuando éste se vio amenazado por las intenciones del emperador Constancio quien reunió un concilio de arrianos de Selucia de Isauria, a fin de neutralizarlo. Hilario murió en Poitiers, probablemente en 368.