23 de septiembre de 2020

SAN PÍO DE PIETRELCINA



“Oh Jesús, mi suspiro y mi vida, te pido que hagas de mí un sacerdote santo y una víctima perfecta”, escribió una vez San Pío de Pietrelcina.



                


SAN ANDRÉS FOURNET



Este santo cuando era estudiante firmaba paradójicamente sus libros con esta frase: "Andrés, que nunca será ni religioso ni sacerdote".

Sin embargo no sólo fue sacerdote sino que fundador de religiosas. Nació cerca de Poitiers (Francia) en 1752. Al empezar sus estudios de filosofía en Poitiers, perdió el poco fervor que tenía y se dedicó a una vida mundana y de continuos paseos y fiestas y bailes. Pero todo esto le dejaba un vacío inmenso en el alma y una insatisfacción completa y horrible. Sin consultar a ninguno de su familia entró de militar.

Sin embargo, tuvo que pasar unas semanas con un tío sacerdote, y en compañía de este hombre de Dios, fue que tuvo la oportunidad de dedicarse a los estudios eclesiásticos, a la oración y la meditación. Fue ordenado sacerdote y enviado como ayudante de su tío el párroco.

En 1789, cuando estalló la Revolución Francesa, se asesinaron a miles de católicos y se persiguió sin compasión a todos los sacerdotes. El Padre Andrés tuvo que esconderse , ya que los guardias de la revolución lo buscaban por todas partes.

Cuando huyó a España, tuvo la suerte de encontrar una mujer con grandes cualidades para la vida religiosa, Santa Isabel Bichier, y con ella fundó la Comunidad de Hermanas de la Santa Cruz, que se llaman también, hermanas de San Andrés. Él fue hasta su muerte el director espiritual de esa comunidad. Se cuenta que, un día que a Las Hermanas les faltaba harina para poder hacer la cantidad de pan necesaria, San Andrés bendijo un poco de harina y de ella se pudieron hacer muchísimos panes. Tenía el don de saber aconsejar muy bien. Murió el 13 de mayo de 1834.