4 de septiembre de 2024

SANTA ROSALÍA

 



La patrona de Palermo (Italia), que goza de una gran devoción en Sicilia lo mismo que las mártires Águeda de Catama y Lucía de Siracusa, no tiene una historia igualmente rica de testimonios y tradiciones. Un estudio dice que murió en 1620. Octavio Gaietani, lamentaba no haber encontrado huellas dejadas por los antepasados sobre esta santa, a pesar de haberlas buscado en todas partes con mucho cuidado. Parece que la santa, a los tres años de su muerte, pensó en colmar esta laguna apareciéndose en octubre de 1623 a una mujer enferma, y ordenándole que fuera en peregrinación a la iglesita sobre el monte Pellegrino, un áspero promontorio que cierra el golfo de Palermo. La mujer esperó el mes de mayo siguiente para satisfacer el deseo de Santa Rosalía, que se le volvió a aparecer y le dijo el lugar en donde se encontraban sus restos.

El 15 de julio las búsquedas terminaron exitosamente, pero los huesos hallados en una gruta excavada entre las piedras no tenían ninguna inscripción que señalara su pertenencia. Al principio se pensó que no se trataba de restos humanos. El arzobispo de Palermo, Giannettino Doria, nombró una comisión de expertos, médicos y teólogos, que el 11 de febrero de 1625 se pronunció por la autenticidad de las reliquias. Esto suscitó la devoción popular, y el Papa Urbano VIII, en 1630, incluyó el nombre de la santa en el Martirologio Romano para el 15 de julio y el 4 de septiembre.

En ese mismo tiempo, y precisamente el 25 de agosto 1624, cuarenta días después del hallazgo de los huesos, dos albañiles, mientras trabajaban en el convento dominico de San Esteban de Quisquina, encontraron en una gruta una inscripción latina, muy rudimental, que decía: "Ego Rosalía Sinibaldi Quisquinae et Rosarum Domini filia amore Domini mei Jesu Christi in hoc antro habitari decrevi", yo Rosalía Sinibaldi, hija de las rosas del Señor, por amor de mi Señor Jesucristo he decidido vivir en esta caverna de Quisquina. Esto confirmaba en parte las tradiciones orales, recogidas por el mismo Gaietani, que hablaban de Rosalía, que nació en Palermo y vivió durante algunos años en la corte de la reina Margarita, esposa del rey Guillermo I de Sicilia (1154-1166).

La reina le regaló el monte Pellegrino, y Rosalía fue a vivir allí por la soledad que ofrecía. Vivió haciendo penitencia, y allí murió después de haber peregrinado por otros lugares más desiertos, siguiendo el ejemplo de los antiguos anacoretas.





  



SAN GREGORIO MAGNO



El Papa Gregorio I, con más justicia llamado "Magno", fue el primer Pontífice que fue monje y ascendió a la silla apostólica cuando Italia se hallaba en una condición deplorable como consecuencia de las luchas entre los ostrogodos y el emperador Justiniano, que terminaron con la derrota y muerte de Totila, en el año 562.

Aunque San Gregorio cumplía fiel y honrosamente sus funciones como prefecto, desde hacía tiempo se sentía llamado a una vocación superior, hasta que por fin resolvió apartarse del mundo y consagrarse al servicio de Dios, siendo ordenado séptimo diácono de la Iglesia Romana y enviado como embajador ante la corte bizantina. A principios del año 586, tras volver a Roma, se convirtió en abad del monasterio de San Andrés.

En el año 590, una terrible epidemia arrebató la vida al Papa Pelagio y el pueblo escogió a Gregorio como nuevo Pontífice. Desde el momento que asumió el cargo de Papa, se impuso el doble deber de catequizar y cumplir con la disciplina; prohibió el cobro injusto de primas por entierros en iglesias, por ordenaciones o por conferir el palio y no permitió a los diáconos dirigir la parte cantada de la misa a menos que fueran escogidos por sus voces más que por su carácter. También destacó como predicador escogiendo temas del Evangelio del día y, hasta nosotros ha llegado algunas de sus homilías, llenas de elocuencia y sentido común, terminadas con una enseñanza moral que podía adaptarse a cada caso. Fue un excelente administrador de la Sede Pontificia pues todos los súbditos estaban contentos con lo que les tocaba en la distribución de bienes y aún entraba dinero a la tesorería.

De toda su labor religiosa en occidente, la conversión de Inglaterra y el éxito que coronó sus esfuerzos encaminados hacia esta dirección fue para él, el mayor triunfo de su vida. Se le reconoce a San Gregorio la compilación del Antiphonario, la revisión y reestructuración del sistema de música sacra, la fundación de la famosa Schola Cantorum de Roma y la composición de varios himnos muy conocidos. Pero su verdadera obra se proyecta en otras direcciones. Se le venera como el cuarto Doctor de la Iglesia Latina, por haber dado una clara expresión a ciertas doctrinas religiosas que aún no habían sido bien definidas y quizá su mayor labor fue el fortalecimiento de la Sede.







SAN NONOSO - ABAD Y SANTA RAQUEL

 


Hoy, 2 de septiembre, conmemoramos a San NONOSO, Abad.

SAN NONOSO (¿500?-560) nació probablemente en Italia, aunque es poco lo que se conoce acerca de sus orígenes.

San Nonoso era monje en un monasterio benedictino a 690 metros de altitud en el monte Soratte, al norte de Roma, cerca de Civita Castellana en el Lazio, el la margen derecha del Tevere.

Aunque era contemporáneo de San Benito, San Nonoso fue un humilde monje cuyas máximas virtudes fueron la abnegación, la resignación y la paciencia.

A este santo le tocó padecer la prefectura de un abad colérico y tirano. Durante muchos años sufrió sin replicar todo tipo de humillaciones y torturas por parte de su superior, a quien le gustaba descargar su ira en San Nonoso.

San Gregorio Magno, quien refirió por escrito las referencias de su vida en 593, le atribuye a San Nonoso tres milagrosos acontecimientos.

El primero fue cuando al monasterio buscaba un terreno propicio para un huerto, pero como estaba enclavado en la montaña no había mucho espacio. Y el lugar más adecuado estaba obstruido por una roca gigantesca. San Nonoso habría rezado toda la noche, y a la mañana siguiente la roca habría aparecido lejos, en otra parte, liberando terreno para el huerto.

El segundo fue una ocasión que tropezó, dejando caer la lámpara de aceite con que iluminaba su camino, cuya pantalla de vidrio se hizo añicos. Temiendo el terrible castigo que el abad le aplicaría se puso a rezar con tal fervor, que cuando llegó el abad la lámpara se había reconstituido y estaba intacta.

El tercero obró a favor de su comunidad, cuando ante la escasez de aceite San Nonoso pasó una noche rezando en las bodegas del monasterio, y al amanecer las barricas estaban milagrosamente rebosantes.

Sin embargo, el mayor de los milagros de San Nonoso fue apaciguar la furia del iracundo abad.

A la muerte de éste, San Nonoso fue nombrado como nuevo abad, distinguiéndose por su afabilidad y espíritu de servicio comunitario y fraterno.

Cuando San Nonoso falleció, sus restos fueron sepultados en el monasterio de Soratte. No obstante, a comienzos del siglo X el monasterio fue saqueado en una incursión de los sarracenos.

Esto ocasionó que las reliquias de San Nonoso fueran trasladadas hasta Freising, o Frisinga, en Baviera, donde transformaron al sitio en un nutrido centro de peregrinación. En el sepulcro se mantiene todavía en la actualidad una vela perpetua, de la que se dice que tiene virtudes curativas.

De manera tradicional, a San Nosono se le representa en la iconografía con una lámpara de aceite, o bien con un peñón, o bien con ambos atributos.

SAN NONOSO nos enseña el valor de irradiar calma y paz ante los embates de la ira.






 2 de septiembre




Santa Raquel, esposa de Jacob y una de las hijas más bellas de Labán. En el tiempo en que trabajaba Jacob para Labán,  se enamoró de Ella. Gracias al amor que sentía por Ella, aguantó siete años de duro trabajo en casa de Labán. Pero el padre de Raquel le dijo que si quería casarse con Raquel, tenía que estar siete años más trabajando haciendo prosperar sus rebaños.

Al cabo de los siete años, en la ceremonia de la boda el padre le entregó la mujer cubierta con el velo nupcial que no era transparente. Y tras la ceremonia, ya anochecido, la introdujo en su tienda. Al día siguiente, con la luz del sol, supo Jacob que con quien se había casado no era con Raquel, sino con su hermana Lía.

Porque el padre quería casar primero a la mayor, por lo que no pudo Jacob repudiar a Lía. Entonces quiso trabajar otros siete años hasta conseguir a Raquel y así lo hizo, por lo que pasó Raquel a ser la segunda esposa de Jacob. Pero los celos entre las hermanas complicaron mucho las cosas, porque el estaba por Raquel y Ésta por el.
Durante muchos años, Raquel no pudo tener hijos hasta que al final tuvo dos José y Benjamín, los preferidos de Jacob.

Lloró Jacob amargamente a Raquel cuando murió y la enterró cerca de Belén, y le construyó una tumba que todavía hoy se mantiene en pie en memoria de su gran amor.

Raquel es un nombre femenino de origen hebreo (Rajel), que significa 'oveja o cordero', animales que , un simbolizan la pureza.






¡¡¡MUCHAS FELICIDADES A TODAS LAS PERSONAS QUE HOY CELEBRAN SU ONOMÁSTICA|||