18 de mayo de 2019

SAN ISIDRO LABRADOR


Es el patrono de los agricultores del mundo.
Le pusieron ese nombre en honor de San Isidoro, un santo muy apreciado en España.


SAN MATÍAS APÓSTOL

Clemente de Alejandría, basándose en la tradición, afirma que San Matías fue uno de los 72 discípulos que el Señor envió a predicar durante su ministerio. Los hechos de los Apóstoles afirman que Matías acompañó al Salvador, desde el Bautismo hasta la Ascensión. Cuando San Pedro decidió proceder a la elección de un nuevo Apóstol para reemplazar a Judas, los candidatos fueron José, llamado Bernabé y Matías. Finalmente, la elección cayó sobre Matías, quien pasó a formar parte del grupo de los doce. El Espíritu Santo descendió sobre él en Pentecostés y Matías se entregó a su misión. Clemente de Alejandría afirma que se distinguió por la insistencia con que predicaba la necesidad de mortificar la carne para dominar la sensualidad. Esta lección la había aprendido del mismo Jesucristo.
Según la tradición, predicó primero en Judea y luego en otros países. Los griegos sostienen que evangelizó la Capadocia y las costas del Mar Caspio, que sufrió persecuciones de parte de los pueblos bárbaros donde misionó y obtuvo finalmente la corona del martirio en Cólquida. Los "Menaia" griegos sostienen que fue crucificado. Se dice que su cuerpo estuvo mucho tiempo en Jerusalén y que Santa Elena lo trasladó a Roma.



SANTA MARÍA MAZZARELLO



María D. Mazzarello nació el 9 de mayo de 1837 en Mornese (norte de Italia). Era una chica alegre, sencilla, amable y fuerte a la vez, entusiasta y muy trabajadora. Además de ayudar a su madre en las tareas de casa y a cuidar de sus hermanos (era la mayor de 9), trabajaba con su padre en la viña y tenía tiempo para ayudar a otras familias del pueblo, ser catequista de su parroquia y hacer grupos festivos con las niñas y jóvenes de su pueblo. Se abrió a la fe acompañada por sus padres y por su sabio director espiritual don Domingo Pestarino.
Con 15 años se inscribió en la Asociación de las Hijas de Mª Inmaculada y se abrió al apostolado de las chicas del pueblo. La grave enfermedad del tifus contraída a los 23 años tuvo en ella una fuerte resonancia espiritual: la experiencia de la fragilidad física, que por una parte la llevó a un abandono más profundo en Dios, y por otra la impulsó a abrir un taller de costura para enseñar a las muchachas el trabajo, la oración y el amor a Dios. María, todavía convaleciente de la enfermedad, tuvo la visión de un colegio con numerosas niñas y jóvenes y oyó una voz que le decía: “A ti te las confío”. Fue María que le encomendaba la misión.

María Mazzarello desplegó su misión entre las chicas más necesitadas de la zona de Monferrato. Junto con otras amigas, les enseñan a leer, a escribir, a coser, al tiempo que les proporcionan agradables y alegres recreos, y les explican la buena noticia del Evangelio.
Contemporánea a Don Bosco, su ideal era dar posibilidades a las chicas para que pudiesen ser protagonistas de su crecimiento, en tiempos en que la sociedad no facilitaba a las jóvenes el acceso a la educación.
Gracias a la intensa participación en los sacramentos y bajo la sabia e iluminadora guía de Don Pestarino hizo grandes progresos en la vida espiritual. Con ocasión de la visita de Don Bosco a Mornese, el 7 de octubre de 1864, dijo: "Don Bosco es un santo y yo lo siento".


El 5 de agosto de 1872, Don Bosco la escogió para iniciar el Instituto de las Hijas de Mª Auxiliadora. Como Superiora se mostró hábil formadora y maestra de vida espiritual. Tenía el carisma de la alegría serena, irradiando gozo e implicando a otras jóvenes en el empeño de dedicarse a la educación de la mujer.
El Instituto nacía para dar respuesta a las necesidades de las chicas en plena Revolución
Industrial. Don Bosco quiso que fuese “monumento vivo de gratitud a María Auxiliadora” de quien al final de su vida pudo decir: “Ella lo ha hecho todo”. El Instituto se desarrolló rápidamente. A su muerte dejó a sus Hijas una tradición educativa empapada de valores evangélicos: la búsqueda de Dios conocido a través de una catequesis iluminada y un amor ardiente, la responsabilidad en el trabajo, la lealtad y la humildad, la austeridad de vida y la gozosa entrega de sí.
Murió en Nizza Monferrato el 14 de mayo de 1881.
Fue beatificada el 20 de noviembre de 1938 y canonizada el 24 de junio de 1951.
Sus restos se veneran en la Basílica de Mª Auxiliadora en Turín.
Su fiesta se celebra el 13 de mayo.


12 de mayo de 2019

NUESTRA SEÑORA DE FÁTIMA


La Virgen María se apareció a los pastorcitos Lucía, Francisco y Jacinta en 1917, en una localidad portuguesa llamada Fátima. Como preparación a las apariciones de Nuestra Señora, un ángel quien se identificó como el "Ángel de Portugal", le habló en primer lugar a los niños en 1916.










SANTO DOMINGO DE LA CALZADA

12 de Mayo




Nació en la primera mitad del siglo XI, en la pequeña población de Viloria, en la región de Cantabria y no lejos de La Calzada.
Las primeras noticias de que disponemos sitúan al joven Domingo –en torno al año 1050– pidiendo una plaza en el monasterio de Valvanera, en la Rioja, por Nájera; no se le llegó a admitir. El pobre hombre lo volvió a intentar en otro monasterio; tampoco en el de San Millán de la Cogolla lo quisieron recibir aquellos buenos monjes. Quizá las razones que llevaron a los respectivos abades al negarle un puesto no fueron arbitrarias; posiblemente supusieron que aquel fuerte ejemplar humano solo intentaba escapar del trabajo del campo, o que buscaba solucionar su vida poniéndose al abrigo de los muros del monasterio, como parece ser que intentaban hacer una nube de mendigos; desde luego, no lo tenía fácil a la vista de su paupérrimo ajuar, de su indumentaria; no le ayudaba su majestuoso analfabetismo y, además, no llevaba aval de ningún tipo… bien parecía que se venían abajo de modo irremediable sus ansias de entrega completa a Dios.
Le quedó un último recurso. Por aquellos andurriales se conocía la existencia de un solitario; lo buscó, lo encontró, habló con él y lo dejó tan boquiabierto cuando conoció sus buenas disposiciones, que no solo lo admitió en su compañía, sino que le cedió su propia cabaña, y se prestó a instruirle en los usos y costumbres de la vida de anacoreta.
Ya preparado para la vida solitaria, se marchó a Bureba donde construyó su propia cabaña. Pasó allí cinco años, entre oraciones y penitencias, cultivando la tierra de los alrededores para alimentarse.
A la región llegó el obispo Gregorio de Ostia, predicando el Evangelio; Domingo se le enganchó como «paje para todo», llevado por su deseo de instrucción y perfección. Cuando muere el santo obispo, retorna a Bureba, pero con nuevos ideales y más amplios horizontes: ahora pretende dedicarse a proporcionar un apoyo a los numerosos peregrinos hacia Santiago para venerar los reliquias del Apóstol. El lugar es tránsito obligado, hacen falta sitios para descanso en la fatiga, que sirva también para defensa de los muchos peligros, y para curar a los enfermos. Eso lo entendió como un postulado de la caridad.
Sin abandonar la oración ni la penitencia, se puso mano a la obra como peón, constructor y organizador al tiempo que, con una actividad increíble, atendía a los pobres y desamparados en un alarde de caridad, protegido por los reyes Alfonso VI y VII. Hacía falta roturar campos, nivelar terraplenes, plantar árboles, levantar un hospital, hacer refugios, poner en buen estado una antigua calzada romana, levantar un puente sobre el río Oja y oratorios que se fueron haciendo insuficientes y terminaron en una iglesia dedicada al Salvador, que a su vez se convertirá en catedral en el 1180, sede del obispo de Calahorra, donde se conservan sus restos. Claro está que aquello suscita un inevitable movimiento de gente; cada proyecto pide más mano de obra y así, sin pretenderlo demasiado, va formándose un núcleo de población que será el comienzo de Santo Domingo de la Calzada actual.
Murió el 12 de mayo de 1109, después de haber servido a multitud de peregrinos como guía o médico, dando a todos consuelo y ayuda. Su figura ha quedado para la posteridad aureolada de gran fama y acompañada de la memoria de favores sin cuento, recogidos en la Vita que está escrita en un antiguo leccionario asturiano y reproducido íntegro en el Acta Sanctorum de los Bolandistas.
No podían faltar los imaginativos –y en este caso hispanos– aditamentos a su figura, que sirven para alegrarla y quizá humanizarla aún más, aunque escapen a la comprobación de la historia.
Dicen que cierto día pidió prestados a un paisano unos bueyes para arrastrar unos troncos; aquel hombre, que no tenía fe y quería reírse de Domingo, le puso como condición que fuera él mismo a recogerlos, pero pensando en ofrecerle unos toros bravos. ¿Sabes que trabajó con ellos toda la jornada como si de verdad fueran bueyes, y que se convirtió aquel desaprensivo campesino?
El más notable de los hechos prodigiosos –incorporado a la iconografía del santo– se cuenta que sucedió con una familia que peregrinaba a Santiago. El relato afirma que se trataba de un matrimonio con su hijo joven. La criada de la posada donde pernoctaban intentó provocar al mozo y obtuvo de él una rotunda negativa. Desairada, puso una copa en las alforjas del chico para tramar su venganza, acusándolo de ladrón. El joven terminó en la horca. A la vuelta de Compostela, los desconsolados padres encontraron vivo al ahorcado, por la intervención de Domingo. Buscaron al juez que era ateo y se disponía a comer, teniendo sobre la mesa una gallina y un gallo. Conocedor del asunto, solo pudo decir que «tan muerto está como estos dos animales». Pero resultó que, a la vista de todos, inmediatamente saltaron ¡vivos! la gallina y el gallo que hasta el momento estaban aderezados. Por eso se pinta a Domingo con gallo, gallina, una horca y, al lado, la soga.
Los ingenieros de Montes y Caminos lo han adoptado por patrón. Ojalá santo Domingo les dé un poco más de su amor a Dios y de su caridad heroica.

                                                                                              Archimadrid.org


SAN PANCRACIO



Es un jovencito romano de sólo 14 años, que fue martirizado por declararse creyente y partidario de Nuestro Señor Jesucristo. Dicen que su padre murió martirizado y que la mamá recogió en unos algodones un poco de la sangre del mártir y la guardó en un relicario de oro, y le dijo al niño: "Este relicario lo llevarás colgado al cuello, cuando demuestres que eres tan valiente como lo fue tu padre". Un día Pancracio volvió de la escuela muy golpeado pero muy contento. La mamá le preguntó la causa de aquellas heridas y de la alegría que mostraba, y el jovencito le respondió: "Es que en la escuela me declaré seguidor de Jesucristo y todos esos paganos me golpearon para que abandonara mi religión. Pero yo deseo que de mí se pueda decir lo que el Libro Santo afirma de los apóstoles: "En su corazón había una gran alegría, por haber podido sufrir humillaciones por amor a Jesucristo". (Hechos 6,41). Al oír esto la buena mamá tomó en sus manos el relicario con la sangre del padre martirizado, y colgándolo al cuello de su hijo exclamó emocionada: "Muy bien: ya eres digno seguidor de tu valiente padre". Como Pancracio continuaba afirmando que él creía en la divinidad de Cristo y que deseaba ser siempre su seguidor y amigo, las autoridades paganas lo llevaron a la cárcel y lo condenaron y decretaron pena de muerte contra él. Cuando lo llevaban hacia el sitio de su martirio (en la vía Aurelia, a dos kilómetros de Roma) varios enviados del gobierno llegaron a ofrecerle grandes premios y muchas ayudas para el futuro si dejaba de decir que Cristo es Dios. El valiente joven proclamó con toda la valentía que él quería ser creyente en Cristo hasta el último momento de su vida. Entonces para obligarlo a desistir de sus creencias empezaron a azotarlo ferozmente mientras lo llevaban hacia el lugar donde lo iban a martirizar, pero mientras más lo azotaban, más fuertemente proclamaba él que Jesús es el Redentor del mundo. Varias personas al contemplar este maravilloso ejemplo de valentía se convirtieron al cristianismo. Al llegar al sitio determinado, Pancracio dio las gracias a los verdugos por que le permitían ir tan pronto a encontrarse con Nuestro Señor Jesucristo, en el cielo, e invitó a todos los allí presentes a creer siempre en Jesucristo a pesar de todas las contrariedades y de todos los peligros. De muy buena voluntad se arrodilló y colocó su cabeza en el sitio donde iba a recibir el hachazo del verdugo y más parecía sentirse contento que temeroso al ofrecer su sangre y su vida por proclamar su fidelidad a la verdadera religión. Allí en Roma se levantó un templo en honor de San Pancracio y por muchos siglos las muchedumbres han ido a venerar y admirar en ese templo el glorioso ejemplo de un valeroso muchacho de 14 años, que supo ofrecer su sangre y su vida por demostrar su fe en Dios y su amor por Jesucristo. San Pancracio: ruégale a Dios por nuestra juventud que tiene tantos peligros de perder su fe y sus buenas costumbres. FUENTE: www.ewtn.com

                                  






SAN JUAN DE ÁVILA

San Juan de Ávila nació el 6 de enero de 1499 (o 1500) en Almodóvar del Campo (Ciudad Real), de una familia profundamente cristiana. Sus padres, Alfonso de Ávila (de ascendencia israelita) y Catalina Jijón, poseían unas minas de plata en Sierra Morena, y supieron dar al niño una formación cristiana de sacrificio y amor al prójimo. Son conocidas las escenas de entregar su sayo nuevo a un niño pobre, sus prolongados ratos de oración, sus sacrificios, su devoción eucarística y mariana.
Probablemente en 1513 comenzó a estudiar leyes en Salamanca, de donde volvería después de cuatro años para llevar una vida retirada en Almodóvar. A pesar de llamarlas ‘leyes negras’ los estudios de Salamanca dejaron huella en su formación eclesiástica, como puede constatarse en sus escritos de reforma. Esta nueva etapa en Almodóvar, en casa de sus padres, viviendo una vida de oración y penitencia, durará hasta 1520. Pues aconsejado por un religioso franciscano, marchará a estudiar artes y teología a Alcalá de Henares (1520-1526). De esta etapa en Alcalá existen testimonios de su gran valía intelectual, como así lo atestigua el Mtro. Domingo de Soto. Allí estuvo en contacto con las grandes corrientes de reforma del momento. Conoció el erasmismo, las diversas escuelas teológicas y filosóficas y la preocupación por el conocimiento de las Sagradas Escrituras y los Padres de la Iglesia. También trabó amistad con quienes habían de ser grandes reformadores de la vida cristiana, como don Pedro Guerrero, futuro arzobispo de Granada, y posiblemente también con el venerable Fernando de Contreras. Incluso pudo haber conocido allí al P. Francisco de Osuna y a San Ignacio de Loyola.





6 de mayo de 2019

SANTO DOMINGO SAVIO


Domingo significa: El que está consagrado al Señor.
Entre los miles de alumnos que tuvo el gran educador San Juan Bosco, el más famoso fue Santo Domingo Savio, joven estudiante que murió cuando apenas le faltaban tres semanas para cumplir sus 15 años.

5 de mayo de 2019

SAN ÁNGEL, MÁRTIR


Fue uno de los primeros miembros de la Orden del Carmelo. Sus padres fueron judíos convertidos al cristianismo gracias a una aparición de la Santísima Virgen. Desde la infancia mostró extraordinarios dones para lo espiritual y lo intelectual. A los 15 años hablaba ya el griego, el latín y el hebreo. Durante cinco años vivió como ermitaño en el Monte Carmelo. En Sicilia, convirtió a muchos con su predicación y milagros y en Palermo convirtió a más de 200 judíos. Cuando se encontraba predicando a una multitud, en Locata, fue acuchillado por una banda de malhechores. Herido de muerte, cayó de rodillas y oró por todo el pueblo y en particular por los que lo habían herido.

DÍA DE LA SANTA CRUZ


  
  ¿Cuál es el origen del Día de la Cruz? Los libros litúrgicos contienen dos fiestas dedicadas al culto de la Cruz: La Invención de la Santa Cruz, el 3 de mayo, y la Exaltación, el 14 de septiembre. La Exaltación, que conmemora la dedicación de las basílicas de Jerusalén, es de origen oriental y no pasó a occidente hasta fines del siglo VII, a través del rito romano.

     La Invención de la Santa Cruz, en cambio, es conmemorada desde antiguo. En España aparece en todos los calendarios y fuentes litúrgicas mozárabes, poniéndola en relación con el relato del hallazgo por Santa Elena de la auténtica Cruz de Cristo. Este relato figura en los pasionarios del siglo X y puede resumirse así: En el sexto año de su reinado, el emperador Constantino se enfrenta contra los bárbaros a orillas del Danubio. Se considera imposible la victoria a causa de la magnitud del ejército enemigo. Una noche Constantino tiene una visión: en el cielo se apareció brillante la Cruz de Cristo y encima de ella unas palabras, In hoc signo vincis ("Con esta señal vencerás"). El emperador hizo construir una Cruz y la puso al frente de su ejército, que entonces venció sin dificultad a la multitud enemiga. De vuelta a la ciudad, averiguado el significado de la Cruz, Constantino se hizo bautizar en la religión cristiana y mandó edificar iglesias. Enseguida envió a su madre, santa Elena, a Jerusalén en busca de la verdadera Cruz de Cristo. Una vez en la ciudad sagrada, Elena mandó llamar a los más sabios sacerdotes y con torturas consiguió la confesión del lugar donde se encontraba la Cruz a Judas (luego San Judas, obispo de Jerusalén). En el monte donde la tradición situaba la muerte de Cristo, encontraron tres cruces ocultas. Para descubrir cuál de ellas era la verdadera las colocaron una a una sobre un joven muerto, el cual resucitó al serle impuesta la tercera, la de Cristo. Santa Elena murió rogando a todos los que creen en Cristo que celebraran la conmemoración del día en que fue encontrada la Cruz, el tres de mayo.
Toda esta historia tiene, sin duda, mucho de leyenda, pues el emperador Constantino fue considerado en el medievo occidental como prototipo del príncipe cristiano y se le rodeó de multitud de relatos fabulosos. Además, la celebración de este día es anterior al Pasionario. En la Lex Romana Visigothorum, promulgada por Recesvinto en el año 654, y renovada por Ervigio en el 681, se menciona esta festividad comparándola, por lo que se refiere a su solemnidad, con las mayores del año eclesiástico; y en el Leccionario de Silos, compuesto hacia el año 650, aparece con el nombre de dies Sanctae Crucis, siendo éste el más antiguo testimonio de su conmemoración en España. Desde la primera mitad del siglo VII se tiene conocimiento de la existencia en España de reliquias de la Cruz, concretamente en sendas iglesias de Mérida y Guadix. Finalmente, hay que añadir que el culto a la Cruz en general es aún más antiguo, pues sabemos que en el año 599 se celebró en la Catedral de la Santa Cruz el II Concilio de Barcelona, lo que implica a su vez una advocación anterior.

     En cambio, de la celebración popular de la fiesta de la Santa Cruz, la que más nos interesa, apenas hay datos antiguos. Los primeros testimonios que conocemos se remontan tan sólo al siglo XVIII, aunque este vacío documental no implica necesariamente que la fiesta no existiera desde antes. En cualquier caso, parece que la celebración popular de la Cruz de Mayo tal como hoy la conocemos alcanzó su máximo esplendor durante los siglos XVIII y XIX, para empezar a decaer a principios del XX.

     Esta fiesta, en su vertiente popular, está muy extendida por toda España, aunque con variaciones muy significativas de unos lugares a otros. A pesar de ello, la celebración presenta en todas sus manifestaciones una serie constante de elementos comunes. El centro de la fiesta es una cruz, de tamaño natural o reducido, que se adorna, en la calle o en el interior de una casa, con flores, plantas, objetos diversos (pañuelos, colchas, cuadros, candelabros, imágenes de santos, etc.) y adornos elaborados. A su alrededor se practican bailes típicos, se realizan juegos y se entonan coplas alusivas. A veces hay procesiones, de carácter religioso o pagano. A la hora de establecer los orígenes de esta celebración popular de la Cruz hay que referirse necesariamente a una serie de fiestas paganas que se celebraban desde muy antiguo en el mes de mayo.

Efectivamente, el mes de mayo, considerado desde siempre como el mes del esplendor de la vegetación y el mes amoroso por excelencia, ha sido desde tiempos remotos el escenario de un buen número de fiestas populares. Los orígenes de estas fiestas populares del mes de mayo son discutidos. Desde los autores renacentistas se pretende hacer derivar tales celebraciones de alguna festividad clásica grecolatina. Un escritor italiano del siglo XVI, Polydoro Virgilio, las relaciona con las fiestas romanas en honor de Flora, diosa que representa el eterno renacer de la vegetación en primavera (las Floralia, que duraban del 28 de abril al 3 de mayo), y con la procesión ateniense del Eiresioné en la época de la cosecha. Otros las vinculan con las fiestas romanas de Vulcano y de las divinidades Maia y Ops.

     De todas las celebraciones clásicas con las que se quiere relacionar a las fiestas de mayo, la que más nos interesa es la de Attis. Según Ovidio, Attis era un hermoso joven que vivía en los bosques de Frigia. La diosa Cibeles lo eligió para sí, haciéndolo guardián de su templo, pero con la condición de que se mantuviera siempre virgen. Attis cedió al amor de la ninfa Sagaritis y entonces Cibele hizo que ésta muriera, derribando el árbol del que dependía su vida. El muchacho enloqueció y se castró, tras lo cual la diosa lo volvió a admitir en su templo. La fiesta, rememorando su muerte y resurrección, tenía lugar en el equinoccio de primavera. Comenzaba el 22 de marzo con la solemne procesión de un pino recién cortado (árbol en el que, según la leyenda, se había convertido Attis a su muerte), al que se adornaba con guirnaldas de violetas y bandas de lana. Los ritos proseguían hasta el día 27 y en ellos se incluían prácticas mistéricas y automutilaciones.

     Aunque se puede apreciar una cierta semejanza o paralelismo entres estas celebraciones y nuestras fiestas de mayo, es difícil, sin embargo, admitir una relación de dependencia de éstas con respecto a aquéllas y más bien habría que hablar de una génesis espontánea común, a partir de los fenómenos culturales recurrentes de adoración al árbol y exaltación de la naturaleza. Por ello mismo, hay que concluir que el sentido de estas fiestas es plenamente naturalista: saludo a la primavera, celebración del comienzo de un nuevo ciclo de la vegetación, agradecimiento a la naturaleza por sus futuras cosechas. Y, como consecuencia de ello, exaltación del amor y de los sentimientos humanos más espontáneos.
Pues bien, como consecuencia del empeño de la jerarquía cristiana por eliminar antiguas prácticas paganas y supersticiosas, muchas veces escandalosas y casi siempre contrarias a su moral, en un momento dado de su desarrollo las fiestas naturalistas de mayo se habrían transformado y agrupado en torno a un nuevo motivo, la Cruz. Simplificando la cuestión podríamos afirmar que el mayo-árbol se convirtió en mayo-cruz, conservando casi intactos todos los demás elementos de la celebración. En un maravilloso ejemplo de asimilación y sincretismo de fiestas y símbolos, el árbol fue sustituido por una cruz (a la que con frecuencia en la liturgia cristiana se denomina precisamente "árbol"), quizás como una sabia decisión del pueblo para que estas celebraciones no desaparecieran totalmente o alentado por las autoridades eclesiásticas que, intentando eliminar viejas creencias supersticiosas, sustituyeron un símbolo pagano por otro religioso.

     En definitiva, no es posible negar la conexión entre las fiestas paganas de la naturaleza y la celebración de la Cruz de Mayo, así como la anterioridad cronológica del mayo. Quizás lo justo sería hablar de que la fiesta de la Cruz, cuando comenzó a desarrollarse popularmente, tomó elementos de otras fiestas no religiosas, en un intento de asimilarlas para eliminarlas o sencillamente como consecuencia inevitable de su coexistencia, dada la similitud de sus motivaciones. La prohibición de las fiestas paganas por parte de las autoridades civiles y eclesiásticas facilitó esa incorporación de elementos de unas a otra, aleccionada por el pueblo, siempre amante de sus tradiciones y nunca dispuesto a perderlas. El fondo, lo popular, habría quedado intacto y sólo habría cambiado su apariencia externa.





SAN FELIPE Y SANTIAGO APÓSTOLES


San Felipe era originario de Betsaida de Galilea. San Juan habla de él varias veces en el Evangelio. Narra que el Señor Jesús llamó a Felipe al día siguiente de las vocaciones de San Pedro y San Andrés. De los Evangelios se deduce que el Santo respondió al llamado del Señor. Escritores de la Iglesia primitiva y Eusebio, historiador de la Iglesia, afirman que San Felipe predicó el Evangelio en Frigia y murió en Hierápolis. Papías, obispo de este lugar, supo por las hijas del apóstol, que a Felipe se le atribuía el milagro de la resurrección de un muerto.
A Santiago se le llama "el Menor" para diferenciarlo del otro apóstol, Santiago el Mayor (que fue martirizado poco después de la muerte de Cristo).




1 de mayo de 2019

DEVOCIÓN A MARÍA MES DE MAYO

 




[Virgen con el niño Jesús. Ilustración de una estampa religiosa]


Bienvenido Mayo, y con alegría;
por eso roguemos a Santa María
que pida a su Hijo aún todavía
que de pecado y locura nos guarde.
Bienvenido Mayo.
Bienvenido seas, y con alegría.


Alfonso X El Sabio


CÁNTICO: «VENID Y VAMOS TODOS»

Venid y vamos todos con flores a porfía
con flores a María
que Madre nuestra es.


De nuevo aquí nos tienes purísima doncella
más que la luna bella postrados a tus pies.


A ofrecerte venimos flores del bajo suelo
con cuánto amor y anhelo Señora Tú lo ves.



ORACIÓN PREPARATORIA


Acuérdate, ¡oh piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno que haya acudido a tu patrocinio, implorado tu auxilio, o pedido tu socorro, haya sido abandonado de Ti. Animado por esta confianza, vengo a Ti, me refugio en Ti, yo pecador gimo delante de Ti. No quieras, ¡oh Madre del Verbo Eterno!, despreciar mis súplicas; antes bien, escúchalas favorablemente, y haz lo que te suplico. Amén.


INVOCACIONES AL DULCE NOMBRE DE MARÍA



 Madre mía amantísima, en todos los instantes de mi vida, acuérdate de mí, miserable pecador. Avemaría.
Acueducto de las divinas gracias, concédeme abundancia de lágrimas para llorar mis pecados. Avemaría.
Reina del cielo y de la tierra, sé mi amparo y defensa en las tentaciones de mis enemigos. Avemaría.
Inmaculada hija de Joaquín y Ana, alcánzame de tu santísimo Hijo las gracias que necesito para mi salvación. Avemaría.
Abogada y refugio de los pecadores, asísteme en el trance de mi muerte y ábreme las puertas del cielo. Avemaría.


CÁNTICO: BAJO TU AMPARO


Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios, no desoigas la oración de tus hijos necesitados y líbranos de todo peligro, ¡oh siempre Virgen, gloriosa y bendita!


FLORES PARA LA VIRGEN


¿Por quién hizo Dios las flores, si no las hizo por Ti?
Sugerencias de obsequios espirituales que se pueden ofrecer al Señor, por medio de la Virgen, para cada día del mes de mayo.


N. Recibe, Madre, las flores de nuestro amor y nuestra alegría.R. Para que tu gozo sea cumplido.
 1. Prontitud para el trabajo, empezando por levantarme sin pereza.
 2. Examinar mi devoción a la Virgen y cómo la practico.
 3. Examinar mi consagración a Cristo y a su Corazón.
 4. Poner los medios para estar en gracia de Dios.
 5. Estudiar cómo debo guardar la pureza de pensamiento y obras.
 6. Procurar ser amable con los demás.
 7. Reflexionar si cumplo lo que Dios quiere de mi.
 8. Aceptar algo del Magisterio, o de la Religión, que me moleste.
 9. Hablar de la Virgen.
10. Recordar algo que me desagrade de otros, y disculparlos.
11. Repetir mi juramento cristiano de lealtad a Cristo y al Papa.
12. Estar un rato comparando mi vida con la de María.
13. Desprenderme de algo en beneficio de otra persona.
14. Hacer con especial cuidado el examen de la noche.
15. Hacer con especial cuidado el ofrecimiento de obras.
16. Comulgar pidiendo fortaleza en las tentaciones.
17. Proponer hacer los cinco primeros sábados.
18. Recitar con devoción el Ángelus.
19. Visitar algún enfermo.
20. Rezar todos los días las tres Avemarías al levantarme y acostarme.
21. Dar un donativo para alguna necesidad.
22. Encomendar a la Virgen mis dificultades y aceptar su decisión.
23. Pedir al Ángel de la guarda remordimiento por mis pecados de omisión.
24. Ofrecer algunas mortificaciones por el fruto de mi apostolado.
25. Descubrir en qué tengo respeto humano, y vencerlo.
26. Ver si todas mis lecturas y espectáculos los aprobará la Virgen.
27. Meditar un rato en el valor de la castidad.
28. Revisar si en todas mis ocupaciones y diversiones imito a Cristo.
29. Pensar con alegría en el cielo, y prepararme para la muerte, quizá repentina.
30. Rezar el Rosario con devoción.
31. Quitar de mi algo que moleste a los demás.

V. Guarda en tu corazón las flores que te ofrecemos. R. Para que ahora y siempre nuestro amor y nuestra alegría, nuestra castidad y nuestra esperanza, sean la prenda bendita de tu gozo y del nuestro.


ORACIÓN FINAL


Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea, pues todo un Dios se recrea en tan graciosa belleza; a Ti, celestial Princesa, Virgen sagrada María, te ofrezco desde este día alma, vida y corazón. ¡Mírame con compasión, no me dejes, Madre mía!



MAYO, MES DE MARÍA


Durante siglos la Iglesia Católica ha dedicado todo el mes de mayo para honrar a la Virgen María, la Madre de Dios. Aquí te explicamos por qué.
La costumbre nació en la antigua Grecia. El mes mayo era dedicado a Artemisa, la diosa de la fecundidad. Algo similar sucedía en la antigua Roma pues mayo era dedicado a Flora, la diosa de la vegetación. En aquella época celebraban los ludi florales o los juegos florales a finales de abril y pedían su intercesión.
En la época medieval abundan costumbres similares, todo centrado en la llegada del buen tiempo y el alejamiento del invierno. El 1 de mayo era considerado como el apogeo de la primavera.
Durante este período, antes del siglo XII, entró en vigor la tradición de Tricesimum o "La devoción de treinta días a María". Estas celebraciones se llevaban a cabo del 15 de agosto al 14 de septiembre y todavía puede observarse en algunas áreas.
La idea de un mes dedicado específicamente a María se remonta al tiempo barroco o siglo XVII. Si bien, no siempre se llevó a cabo en mayo, el mes de María incluía treinta ejercicios espirituales diarios en honor a la Madre de Dios.
Fue en esta época que el mes de mayo y de María se combinaron, haciendo que esta celebración cuente con devociones especiales organizadas cada día durante todo el mes. Esta costumbre se extendió sobre todo durante el siglo XIX y se practica hasta hoy.
Las formas en que María es honrada en mayo son tan variadas como las personas que la honran.
Es común que las parroquias tengan en mayo un rezo diario del Rosario y muchas erijan un altar especial con una estatua o imagen de María. Además, se trata de una larga tradición el coronar su estatua, una costumbre conocida como la Coronación de Mayo.
A menudo, la corona está hecha de hermosas flores que representan la belleza y la virtud de María y también es un recordatorio a los fieles para esforzarse en imitar sus virtudes. Esta coronación es en algunas áreas una gran celebración y, por lo general, se lleva a cabo fuera de la Misa.
Los altares y coronaciones en este mes no son solo privilegios de la parroquia. En los hogares también se puede participar plenamente en la vida de la Iglesia.
Debemos darle un lugar especial a María no porque sea una tradición de larga data en la Iglesia o por las gracias especiales que se pueden obtener, sino porque María es nuestra Madre, la madre de todo el mundo y porque se preocupa por todos nosotros, intercediendo incluso en los asuntos más pequeños.
Por eso se merece todo un mes en su honor.
Traducido y adaptado por Diego López Marina. Publicado originalmente en National Catholic Register.

A continuación, podrá encontrar una breve reflexión para cada día del mes de Mayo, el mes de la Virgen María:
Recursos sobre la Virgen María:





SAN JOSÉ OBRERO - DÍA DEL TRABAJO


Hoy la Iglesia recuerda, en el día de los trabajadores, a san José, obrero.
Pablo VI se ha expresado al respecto: "Vosotros, los hijos del trabajo, que durante siglos habéis sido los esclavos de la labor, buscad a aquel que declara que la vida es sagrada, que el obrero es libre de las cadenas que la primacía del materialismo y del egoísmo económico ha soldado no sólo en torno de los puños de los trabajadores, sino en torno de su corazón y de su espíritu... Buscad un principio, una razón que haga a los hombres iguales, solidarios entre sí, y que les devuelva la fraternidad. Y ello no en el odio contra otros hombres... Ya que todos viven en una comunidad natural, que traten de formar una sociedad humana y que sientan la grandeza de ser un pueblo".
El mundo humano es el mundo del trabajo, hecho por la inteligencia, a través de las manos que en medio de la naturaleza señalaron el camino del progreso y la cultura. Dios concedió manos a otras especies, pero sólo a la mano del hombre le dio el carácter de herramienta. Toda la técnica sobre la cual se asienta la civilización es prolongación de esa mano que Dios otorgó al hombre.
Hoy celebramos al padre nutricio de Jesús, justo y humilde carpintero de Nazaret, que pasa la vida no sólo en la meditación y la oración, sino también en las fatigas de su artesanía. José es el símbolo de la prudencia, del silencio, de la generosidad, de la dignidad y de la aplicación en el trabajo; también lo es de los derechos y de los deberes respecto del trabajo.
San José fue un auténtico obrero en el pleno sentido de la palabra, y el único hombre que compartió con el Hijo de Dios la tarea de todos los días.
Recordamos hoy a todos los trabajadores de nuestra patria y del mundo, pidiendo al cielo para que sean instrumento de paz, de evangelización, de serena inteligencia, de valor y de confianza en sí mismos, de esperanzas de bien y de fervientes voluntad, dignos y sin retaceos en la hermandad de los hombres. Hoy la Iglesia recuerda, en el día de los trabajadores, a san José, obrero.
Juan Pablo II enseña que los hombres descubren pronto la cruz en su trabajo; precisamente por ello el esfuerzo humano es redentor, pues Cristo lo ha unido a su pasión: también él fue obrero y predicó su evangelio del trabajo conociendo íntimamente esta realidad que tiene por protagonistas a todos los hombres y mujeres del mundo.