11 de septiembre de 2024

SAN EMILIANO

                  


Santo español, nacido en el año 473 en Berceo (La Rioja). Hijo de una familia campesina de origen hispanorromano, siendo en su juventud pastor de ovejas. Decidió dedicarse a la vida contemplativa, por lo que pasó a ser uno de los discípulos del monje Félix, retirado en los montes de Bilibio, cerca de Haro, donde llevó una vida solitaria y penitente. Sujetó a la disciplina monacal, pero encontrándola demasiado holgada, se retiró a la soledad durante cuarenta y cuatro años en los montes Distercio, soportando allí las inclemencias del tiempo y la dureza de condiciones del lugar.

Su fama de santidad se extendió de tal manera que todos los que estaban en dificultades espirituales acudían a él y fue llamado por el obispo de Tarazona, Dídimo, quien no consintió que tanta virtud se perdiese en la soledad del monte, le ordenó sacerdote y le puso al cargo de la parroquia de Santa Eulalia, en su pueblo natal Berceo.

El paso por la parroquia resultó un estruendoso fracaso ya que las tareas administrativas no parecían encajar con su carácter y entregaba todas las donaciones propiedad de la parroquia a los necesitados por lo que fue acusado de malversación del dinero parroquial por sus hermanos sacerdotes y reprendido por el obispo, quien lo destituyó del cargo.

Decide volver a su soledad y se retira al valle de Suso o de arriba, cercano a su pueblo, donde transcurre la última etapa de su vida. En torno al santo va formándose una comunidad de hermanos y hermanas que formarán un oratorio primitivo, sus nombres son: Aselo, Geroncio, Citonato, Sofronio, Oria y Potamia.

San Millán es visitado, consultado y venerado. Salió al parecer muy poco de su eremitorio. La última salida que hace es para anunciar la destrucción de algunas ciudades de Cantabria. La tradición le atribuye numerosos milagros tanto en vida como después de su muerte, acaecida el 12 de noviembre del 574, con ciento un años, fue enterrado en el suelo del oratorio. Los monjes eligieron otro abad y permanecieron como ermitaños alrededor del sepulcro de San Millán, formando después de la muerte de San Millán el gran Monasterio de San Millán de la Cogolla, en la actualidad declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

No dejó nada escrito, y fue hacia el 650 cuando el obispo de Zaragoza, San Braulio escribió Vita Sancti Emiliani, primera biografía de San Millán basándose en los relatos que había escuchado de su hermano Fronimiano, monje en la Cogolla y más tardíamente Gonzalo de Berceo escribió la Historia del Señor San Millán.





 


10 de septiembre de 2024

SAN NICOLÁS DE TOLENTINO


Este santo recibió su sobrenombre del pueblo en que residió la mayor parte de su vida, y en el que también murió. Nicolás nació en San Ángelo, pueblo que queda cerca de Fermo, en la Marca de Ancona, hacia el año 1245. Sus padres fueron pobres en el mundo, pero ricos en virtud. Se cree que Nicolás fue fruto de sus oraciones y de una devota peregrinación que hicieron al santuario de San Nicolás de Bari en el que su madre, que estaba avanzada en años, le había rogado a Dios que le regalara un hijo que se entregara con fidelidad al servicio divino. En su bautismo, Nicolás recibió el nombre de su patrón, y por sus excelentes disposiciones, desde su infancia se veía que había sido dotado con una participación extraordinaria de la divina gracia.

Cuando era niño pasaba muchas horas en oración, aplicando su mente a Dios de manera maravillosa. Solía escuchar la divina palabra con gran entusiasmo, y con una modestia tal, que dejaba encantados a cuantos lo veían. Se distinguió por un tierno amor a los pobres, y llevaba a su casa a los que se encontraba, para compartir con ellos lo que tenía para su propia subsistencia. Era un niño de excepcional piedad.







 



INICIAMOS EL CURSO 2024-25









 

9 de septiembre de 2024

SANTA MARÍA DE LA CABEZA Y SAN PEDRO CLAVER



María de la Cabeza nació en Madrid o no lejos de esta localidad. Sus padres, piadosos y honestos, pertenecían al grupo de los llamados mozárabes. Fue esposa de san Isidro Labrador. No es fácil decir con qué santidad y trabajos llevó su vida de mujer casada. Sus ocupaciones eran arreglar la casa, limpiarla, guisar la comida, hacer el pan con sus propias manos, todo tan sencillo que lo único que brillaba en su vida eran la humildad, la paciencia, la devoción, la austeridad y otras virtudes, con las cuales era rica a los ojos de Dios. Con su marido era muy servicial y atenta. Vivían tan unidos como si fueran dos en una sola carne, un solo corazón y un alma única. Le ayudaba en los quehaceres rústicos, en trabajar las hortalizas, y en hacer pozos no menos que en el oficio de la caridad, sin abandonar nunca su continua oración.

Como ambos esposos no tenían mayor ilusión que llevar una vida pura y fervorosamente dedicada a Dios, un día se pusieron de acuerdo para separarse, después de criar su único hijo, quedándose él en Madrid, y ella marchándose a una ermita, situada en un lugar próximo al río Jarama. Su nuevo género de vida solitaria, casi celeste, consistía en obsequiar a la Virgen, hacer largas y profundas meditaciones, teniendo a Dios como maestro, limpiar la suciedad de la capilla, adornar los altares, pedir por los pueblos vecinos ayuda para cuidar la lámpara, y otros menesteres.

Estando entregada a esta clase de vida piadosa, unos hombres enemigos, sembradores de cizaña en aquel campo tan limpio de malas hierbas, comunicaron a Isidro que hacía mala vida con los pastores. El santo varón, buen conocedor de la fidelidad y del pudor de su esposa, rechazó a los delatores como agentes del diablo. De todos modos quiso saber de donde habían sacado aquellas especulaciones. La siguió los pasos uno de tantos días. Con sus propios ojos vio que su mujer, como de costumbre, con la mayor naturalidad, se acercó al río, que, aquel día bajaba lleno de agua,  por las lluvias abundantes caídas y, con mucho ímpetu extendió su mantilla sobre la corriente y, como si fuera una barquilla, pasó tranquilamente a la otra orilla, sin dificultad alguna. Con la contemplación directa de esta escena, repetida en otros días, el honor de esta mujer continuó intacto ante su marido y ante los vecinos de la comarca.

En los últimos años de su vida regresó a Madrid y de nuevo empezó a vivir con la admirable vida santa de antes. Después de morir su marido, volvió a su querida casa de la Virgen, como si fuera una ciudad bien defendida por Dios. En este lugar murió, llena de años y méritos.

Fue enterrada piadosa y religiosamente en la misma ermita, en un lugar, especialmente escogido por miedo a una posible profanación de los sarracenos. Cuando éstos fueron expulsados a sus tierras africanas, vigente todavía el ejemplo de la vida santa de esta mujer, fueron localizados sus restos, gracias a una inspiración del cielo. Al sacarlos, todos advirtieron un olor especialmente agradable, nunca percibido.

Hoy sus restos se veneran en Madrid. Muchos aseguran que hace incontables milagros, principalmente curaciones repentinas de dolores de cabeza. Todas esas circunstancias, examinadas por jueces apostólicos, hicieron que Inocencio XII aprobara su culto inmemorial y que últimamente Benedicto XIV le concediera Misa y Oficio propio, asignando la fiesta para un día de mayo en Madrid y en toda la diócesis toledana.






          


 


Nació en Verdú, España, el 26 de junio de 1580.

Pedro Claver y Juana Corberó, campesinos catalanes, tuvieron seis hijos, pero solo sobrevivieron Juan, el mayor, y los dos más pequeños, Pedro e Isabel. El padre apenas podía firmar su nombre, pero era un hombre trabajador y buen cristiano. La infancia de Pedro quedó oculta para la historia como la de tantos santos, incluso la de Nuestro Señor. Trabajaba en el campo con su familia.

Pedro se graduó de la Universidad de Barcelona. A los 19 años decide ser Jesuita e ingresa en Tarragona. Mientras estudiaba filosofía en Mallorca en 1605 se encuentra con San Alonso Rodríguez, portero del colegio. Fue providencial. San Alonso recibió por inspiración de Dios conocimiento de la futura misión del joven Pedro y desde entonces no paró de animarlo a ir a evangelizar lo territorios españoles en América.

Pedro creyó en esta inspiración y con gran fe y el beneplácito de sus superiores se embarcó hacia la Nueva Granada en 1610. Debía estudiar su teología en Santa Fe de Bogotá. Allí estuvo dos años, uno en Tunja y luego es enviado a Cartagena, en lo que hoy es la costa de Colombia. En Cartagena es ordenado sacerdote el 20 de marzo de 1616.







 


8 de septiembre de 2024

FIESTA DE LA NATIVIDAD DE LA VIRGEN MARÍA

La Iglesia recuerda el día del nacimiento de la Virgen María cada 8 de setiembre. El Evangelio no nos da datos del nacimiento de María, pero hay varias tradiciones. Algunas, considerando a María descendiente de David, señalan su nacimiento en Belén. Otra corriente griega y armenia, señala Nazareth como cuna de María.
La celebración de la fiesta de la Natividad de la Santísima Virgen María, es conocida en Oriente desde el siglo VI. Fue fijada el 8 de septiembre, día con el que se abre el año litúrgico bizantino, el cual se cierra con la Dormición, en agosto. En Occidente fue introducida hacia el siglo VII y era celebrada con una procesión-letanía, que terminaba en la Basílica de Santa María la Mayor.




VALDEPEÑAS CELEBRA LA FESTIVIDAD DE NUESTRA PATRONA:
NUESTRA SEÑORA DE CONSOLACIÓN


Las Fiestas de la Vendimia y el Vino en Valdepeñas cumplen su 71 edición. Se celebran en honor a la patrona de Valdepeñas, la Virgen de Consolación.

Los cultos de las fiestas patronales de Valdepeñas en honor a la Santísima Virgen de Consolación, comenzaron el viernes 30 de agosto y se desarrollarán hasta el 8 de septiembre.

El Solemne Novenario  está teniendo lugar desde el pasado viernes 30 de agosto hasta el 7 de septiembre, incluye el Santo Rosario a las 8.30 horas, la Santa Misa, presidida por Enrique Galán, a las 9 horas (que comenzará media hora más tarde el domingo, día 3 de septiembre), el rezo del Santo Rosario a las 20 horas y Santa Misa a las 20.30 horas, predicada por el consiliario de la hermandad, Enrique Galán, y por Alfonso Morejudo, párroco de San Antonio Abad de Puertollano.

El 6 de septiembre tendrá lugar la presentación de los niños a la Virgen de Consolación a las 19 horas en la parroquia de la Asunción y el día 7 la Ofrenda de Flores a la Virgen de Consolación a partir de las 21.15 horas.

El 8 de septiembre, festividad de la patrona de Valdepeñas, los cultos consistirán en la Santa Misa a las 9 horas, la Solemne Función Concelebrada a las 10.30 horas, Santa Misa a las 12 y a las 19 horas y procesión solemne de la Virgen de Consolación por el recorrido habitual a partir de las 20 horas, habiendo un solemne besamanos al finalizar en el pórtico de la iglesia de la Asunción.

Los cultos acabarán el 9 de septiembre con la Misa funeral por los hermanos fallecidos a las 20.30 horas.


    


 


Himno a la Virgen de Consolación
Bella Reina de este pueblo.
Luz y Guía,
Madre mía,
Virgen de Consolación;
Valdepeñas, siempre tuyo,
se confía
noche y día
en tu santa protección.
Eres luz, que en la noche ilumina;
eres paz, que el espíritu encalma;
eres sombra para el que camina;
eres nombre, que llega hasta el alma.
Cuando sombras de noche nos cerquen
y nos haga Luzbel zozobrar,
que a tus plantas tus hijos se acerquen
y te digan al pie de tu altar:
Bella Reina de este pueblo.
Luz y Guía,
Madre mía,
Virgen de Consolación;
Valdepeñas, siempre tuyo,
se confía
noche y día
en tu santa protección.




SANTA REGINA

                              


Hija de un ciudadano pagano de Alise, en Borgoña, la santa -cuya madre falleció al dar la luz- fue entregada a una nodriza que era cristiana y que la educó en la fe. Su belleza atrajo las miradas del prefecto Olybrius, quien, al saber que era de noble linaje, quiso casarse con ella, pero ella se negó a aceptarlo y no quiso atender los discursos de su padre, quien trataba de convencerla para que se casara con un hombre tan rico.

Ante su obstinación, su padre decidió encerrarla en un calabozo y, como pasaba el tiempo sin que Regina cediese, Olybrius desahogó su cólera haciendo azotar a la joven y sometiéndola a otros tormentos. Una de aquellas noches, recibió en su calabozo el consuelo de una visión de la cruz al tiempo que una voz le decía que su liberación esta próxima. Al otro día, Olybrius ordenó que fuera torturada de nuevo y que fuera decapitada después. En el momento de la ejecución, apareció una paloma blanquísima que causó la conversión de muchos de los presentes.






 


6 de septiembre de 2024

SANTOS DONACIANO Y CLETO

 


En el año 484, Humerico, rey arriano de los vándalos, ordenó que todas las iglesias cristianas del Africa fueran clausuradas y confiscados los bienes del clero para entregarlos al pueblo africano. Por mandato real, congregaron a los obispos en el palacio, siendo conducidos lejos de la ciudad, y ordenados a que marcharan solos hacia el destierro. Ante tal injusticia, Donaciano y otros cuatro obispos de la provincia de Bisaseno, reunieron a numerosos cristianos para protestar frente a las puertas de la ciudad; el rey Humerico furioso por la revuelta, ordenó a sus soldados a matar y "aplastar" a los quejosos. Donaciano y los cuatro obispos fueron brutalmente golpeados y, en estado lamentable, se les condujo al desierto, donde quedaron abandonados para morir de hambre y sed.

San Cleto, Obispo de la Leptis Menor, considerado "un hombre celoso y muy sabio," y que se había ganado la enemistad de Humerico por su enérgica oposición al arrianismo, también fue encerrado en un calabozo estrecho, oscuro y pestilente, del cual lo sacaron al cabo de dos meses para quemarlo vivo.






 


SANTA TERESA DE CALCUTA


Agnes Gonxha Bojaxhiu nació en 1910 en Skopje, entonces Albania y actual Macedonia. Murió el 5 de septiembre de 1997 en su amada Calcuta, India. Cuando se hizo religiosa tomó el nombre de Teresa. Es la fundadora de las Misioneras de la Caridad.
Decía de sí misma: “De sangre soy albanesa. De ciudadanía, India. En lo referente a la fe, soy una monja Católica. Por mi vocación, pertenezco al mundo. En lo que se refiere a mi corazón, pertenezco totalmente al Corazón de Jesús”.




4 de septiembre de 2024

SANTA ROSALÍA

 



La patrona de Palermo (Italia), que goza de una gran devoción en Sicilia lo mismo que las mártires Águeda de Catama y Lucía de Siracusa, no tiene una historia igualmente rica de testimonios y tradiciones. Un estudio dice que murió en 1620. Octavio Gaietani, lamentaba no haber encontrado huellas dejadas por los antepasados sobre esta santa, a pesar de haberlas buscado en todas partes con mucho cuidado. Parece que la santa, a los tres años de su muerte, pensó en colmar esta laguna apareciéndose en octubre de 1623 a una mujer enferma, y ordenándole que fuera en peregrinación a la iglesita sobre el monte Pellegrino, un áspero promontorio que cierra el golfo de Palermo. La mujer esperó el mes de mayo siguiente para satisfacer el deseo de Santa Rosalía, que se le volvió a aparecer y le dijo el lugar en donde se encontraban sus restos.

El 15 de julio las búsquedas terminaron exitosamente, pero los huesos hallados en una gruta excavada entre las piedras no tenían ninguna inscripción que señalara su pertenencia. Al principio se pensó que no se trataba de restos humanos. El arzobispo de Palermo, Giannettino Doria, nombró una comisión de expertos, médicos y teólogos, que el 11 de febrero de 1625 se pronunció por la autenticidad de las reliquias. Esto suscitó la devoción popular, y el Papa Urbano VIII, en 1630, incluyó el nombre de la santa en el Martirologio Romano para el 15 de julio y el 4 de septiembre.

En ese mismo tiempo, y precisamente el 25 de agosto 1624, cuarenta días después del hallazgo de los huesos, dos albañiles, mientras trabajaban en el convento dominico de San Esteban de Quisquina, encontraron en una gruta una inscripción latina, muy rudimental, que decía: "Ego Rosalía Sinibaldi Quisquinae et Rosarum Domini filia amore Domini mei Jesu Christi in hoc antro habitari decrevi", yo Rosalía Sinibaldi, hija de las rosas del Señor, por amor de mi Señor Jesucristo he decidido vivir en esta caverna de Quisquina. Esto confirmaba en parte las tradiciones orales, recogidas por el mismo Gaietani, que hablaban de Rosalía, que nació en Palermo y vivió durante algunos años en la corte de la reina Margarita, esposa del rey Guillermo I de Sicilia (1154-1166).

La reina le regaló el monte Pellegrino, y Rosalía fue a vivir allí por la soledad que ofrecía. Vivió haciendo penitencia, y allí murió después de haber peregrinado por otros lugares más desiertos, siguiendo el ejemplo de los antiguos anacoretas.





  



SAN GREGORIO MAGNO



El Papa Gregorio I, con más justicia llamado "Magno", fue el primer Pontífice que fue monje y ascendió a la silla apostólica cuando Italia se hallaba en una condición deplorable como consecuencia de las luchas entre los ostrogodos y el emperador Justiniano, que terminaron con la derrota y muerte de Totila, en el año 562.

Aunque San Gregorio cumplía fiel y honrosamente sus funciones como prefecto, desde hacía tiempo se sentía llamado a una vocación superior, hasta que por fin resolvió apartarse del mundo y consagrarse al servicio de Dios, siendo ordenado séptimo diácono de la Iglesia Romana y enviado como embajador ante la corte bizantina. A principios del año 586, tras volver a Roma, se convirtió en abad del monasterio de San Andrés.

En el año 590, una terrible epidemia arrebató la vida al Papa Pelagio y el pueblo escogió a Gregorio como nuevo Pontífice. Desde el momento que asumió el cargo de Papa, se impuso el doble deber de catequizar y cumplir con la disciplina; prohibió el cobro injusto de primas por entierros en iglesias, por ordenaciones o por conferir el palio y no permitió a los diáconos dirigir la parte cantada de la misa a menos que fueran escogidos por sus voces más que por su carácter. También destacó como predicador escogiendo temas del Evangelio del día y, hasta nosotros ha llegado algunas de sus homilías, llenas de elocuencia y sentido común, terminadas con una enseñanza moral que podía adaptarse a cada caso. Fue un excelente administrador de la Sede Pontificia pues todos los súbditos estaban contentos con lo que les tocaba en la distribución de bienes y aún entraba dinero a la tesorería.

De toda su labor religiosa en occidente, la conversión de Inglaterra y el éxito que coronó sus esfuerzos encaminados hacia esta dirección fue para él, el mayor triunfo de su vida. Se le reconoce a San Gregorio la compilación del Antiphonario, la revisión y reestructuración del sistema de música sacra, la fundación de la famosa Schola Cantorum de Roma y la composición de varios himnos muy conocidos. Pero su verdadera obra se proyecta en otras direcciones. Se le venera como el cuarto Doctor de la Iglesia Latina, por haber dado una clara expresión a ciertas doctrinas religiosas que aún no habían sido bien definidas y quizá su mayor labor fue el fortalecimiento de la Sede.







SAN NONOSO - ABAD Y SANTA RAQUEL

 


Hoy, 2 de septiembre, conmemoramos a San NONOSO, Abad.

SAN NONOSO (¿500?-560) nació probablemente en Italia, aunque es poco lo que se conoce acerca de sus orígenes.

San Nonoso era monje en un monasterio benedictino a 690 metros de altitud en el monte Soratte, al norte de Roma, cerca de Civita Castellana en el Lazio, el la margen derecha del Tevere.

Aunque era contemporáneo de San Benito, San Nonoso fue un humilde monje cuyas máximas virtudes fueron la abnegación, la resignación y la paciencia.

A este santo le tocó padecer la prefectura de un abad colérico y tirano. Durante muchos años sufrió sin replicar todo tipo de humillaciones y torturas por parte de su superior, a quien le gustaba descargar su ira en San Nonoso.

San Gregorio Magno, quien refirió por escrito las referencias de su vida en 593, le atribuye a San Nonoso tres milagrosos acontecimientos.

El primero fue cuando al monasterio buscaba un terreno propicio para un huerto, pero como estaba enclavado en la montaña no había mucho espacio. Y el lugar más adecuado estaba obstruido por una roca gigantesca. San Nonoso habría rezado toda la noche, y a la mañana siguiente la roca habría aparecido lejos, en otra parte, liberando terreno para el huerto.

El segundo fue una ocasión que tropezó, dejando caer la lámpara de aceite con que iluminaba su camino, cuya pantalla de vidrio se hizo añicos. Temiendo el terrible castigo que el abad le aplicaría se puso a rezar con tal fervor, que cuando llegó el abad la lámpara se había reconstituido y estaba intacta.

El tercero obró a favor de su comunidad, cuando ante la escasez de aceite San Nonoso pasó una noche rezando en las bodegas del monasterio, y al amanecer las barricas estaban milagrosamente rebosantes.

Sin embargo, el mayor de los milagros de San Nonoso fue apaciguar la furia del iracundo abad.

A la muerte de éste, San Nonoso fue nombrado como nuevo abad, distinguiéndose por su afabilidad y espíritu de servicio comunitario y fraterno.

Cuando San Nonoso falleció, sus restos fueron sepultados en el monasterio de Soratte. No obstante, a comienzos del siglo X el monasterio fue saqueado en una incursión de los sarracenos.

Esto ocasionó que las reliquias de San Nonoso fueran trasladadas hasta Freising, o Frisinga, en Baviera, donde transformaron al sitio en un nutrido centro de peregrinación. En el sepulcro se mantiene todavía en la actualidad una vela perpetua, de la que se dice que tiene virtudes curativas.

De manera tradicional, a San Nosono se le representa en la iconografía con una lámpara de aceite, o bien con un peñón, o bien con ambos atributos.

SAN NONOSO nos enseña el valor de irradiar calma y paz ante los embates de la ira.






 2 de septiembre




Santa Raquel, esposa de Jacob y una de las hijas más bellas de Labán. En el tiempo en que trabajaba Jacob para Labán,  se enamoró de Ella. Gracias al amor que sentía por Ella, aguantó siete años de duro trabajo en casa de Labán. Pero el padre de Raquel le dijo que si quería casarse con Raquel, tenía que estar siete años más trabajando haciendo prosperar sus rebaños.

Al cabo de los siete años, en la ceremonia de la boda el padre le entregó la mujer cubierta con el velo nupcial que no era transparente. Y tras la ceremonia, ya anochecido, la introdujo en su tienda. Al día siguiente, con la luz del sol, supo Jacob que con quien se había casado no era con Raquel, sino con su hermana Lía.

Porque el padre quería casar primero a la mayor, por lo que no pudo Jacob repudiar a Lía. Entonces quiso trabajar otros siete años hasta conseguir a Raquel y así lo hizo, por lo que pasó Raquel a ser la segunda esposa de Jacob. Pero los celos entre las hermanas complicaron mucho las cosas, porque el estaba por Raquel y Ésta por el.
Durante muchos años, Raquel no pudo tener hijos hasta que al final tuvo dos José y Benjamín, los preferidos de Jacob.

Lloró Jacob amargamente a Raquel cuando murió y la enterró cerca de Belén, y le construyó una tumba que todavía hoy se mantiene en pie en memoria de su gran amor.

Raquel es un nombre femenino de origen hebreo (Rajel), que significa 'oveja o cordero', animales que , un simbolizan la pureza.






¡¡¡MUCHAS FELICIDADES A TODAS LAS PERSONAS QUE HOY CELEBRAN SU ONOMÁSTICA|||  



1 de septiembre de 2024

SAN GIL

 


En la región de Nimes, de la Galia Narbonense (hoy Francia), san Egidio o Gil, cuyo nombre adopta la población que después se formó en la región de la Camargue y donde se dice que el santo había erigido un monasterio y acabado el curso de su vida mortal. (640 - c.721).




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