18 de marzo de 2016

VACACIONES DE SEMANA SANTA



 DESCANSAD Y DISFRUTAD DE ESTAS VACACIONES.


SEMANA SANTA 2016


"En el misterio pascual, Dios Padre, por medio del Hijo en el Espíritu Paráclito, se ha inclinado sobre cada hombre ofreciéndole la posibilidad de la redención del pecado y la liberación de la muerte". (Juan Pablo II)

Recursos de Semana Santa:


SAN JOSE, ESPOSO Y PADRE




En el Plan Reconciliador de Dios, San José tuvo un papel esencial: Dios le encomendó la gran responsabilidad y privilegio de ser el padre adoptivo del Niño Jesús y de ser esposo virginal de la Virgen María. San José, el santo custodio de la Sagrada Familia, es el santo que más cerca está de Jesús y de la Santísima de la Virgen María.
San Mateo (1,16) llama a San José el hijo de Jacob; según San Lucas (3,23), su padre era Helí. Probablemente nació en Belén, la ciudad de David del que era descendiente. Al comienzo de la historia de los Evangelios (poco antes de la Anunciación), San José vivía en Nazaret.
Según San Mateo 13,55 y Marcos 6,3, San José era un "tekton". La palabra significa en particular que era carpintero o albañil. San Justino lo confirma, y la tradición ha aceptado esta interpretación.
Nuestro Señor Jesús fue llamado "Hijo de José", "el carpintero" (Jn 1,45; 6,42; Lc 4,22).
Como sabemos no era el padre natural de Jesús, quién fue engendrado en el vientre virginal de la Virgen María por obra del Espíritu Santo y es Hijo de Dios, pero José lo adoptó amorosamente y Jesús se sometió a él como un buen hijo ante su padre. ¡Cuánto influenció José en el desarrollo humano del niño Jesús! ¡Qué perfecta unión existió en su ejemplar matrimonio con María!
Modelo de silencio y de humildad
Las principales fuentes de información sobre la vida de San José son los primeros capítulos del evangelio de Mateo y de Lucas. En los relatos no conocemos palabras expresadas por él, tan sólo conocemos sus obras, sus actos de fe, amor y de protección como padre responsable del bienestar de su amadísima esposa y de su excepcional Hijo. Es un caso excepcional en la Biblia: un santo al que no se le escucha ni una sola palabra. Es, pues, el "Santo del silencio".
Su santidad se irradiaba desde antes de los desposorios. Es un "escogido" de Dios; desde el principio recibió la gracia de discernir los mandatos del Señor. No es que haya sido uno de esos seres que no pronunciaban palabra, fue un hombre que cumplió aquel mandato del profeta antiguo: "sean pocas tus palabras". Es decir, su vida sencilla y humilde se entrecruzaban con su silencio integral, que no significa mero mutismo, sino el mantener todo su ser encauzado a cumplir el Plan de Dios. San José, patrono de la vida interior, nos enseña con su propia vida a orar, a amar, a sufrir, a actuar rectamente y a dar gloria a Dios con toda nuestra vida.
Vida virtuosa
Su libre cooperación con la gracia divina hizo posible que su respuesta sea total y eficaz. Dios le dio la gracia especial según su particular vocación y, al mismo tiempo, la misión divina excepcional que Dios le confió requirió de una santidad proporcionada.
Se ha tratado de definir muchas veces las virtudes de San José: "Brillan en el, sobre todo las virtudes de la vida oculta: la virginidad, la humildad, la pobreza, la paciencia, la prudencia, la fidelidad que no puede ser quebrantada por ningún peligro, la sencillez y la fe; la confianza en Dios y la mas perfecta caridad. Guardo con amor y entrega total, el deposito que se le confiara con una fidelidad propia al valor del tesoro que se le deposito en sus manos."
San José es también modelo incomparable, después de Jesús, de la santificación del trabajo corporal. Por eso la Iglesia ha instituido la fiesta de S. José Obrero, celebrada el 1 de mayo, presentándole como modelo sublime de los trabajadores manuales.
Amor virginal
La concepción del Verbo divino en las entrañas virginales de María se hizo en virtud de una acción milagrosa del Espíritu Santo, sin intervención alguna de San José. Este hecho es narrado por el Evangelio y constituye uno de los dogmas fundamentales de nuestra fe católica: la virginidad perpetua de María. En virtud a ello, San José a recibido diversos títulos: padre nutricio, padre adoptivo, padre legal, padre virginal; pero ninguna en si encierra la plenitud de la misión de San José en la vida de Jesús.
San José ejerció sobre Jesús la función y los derechos que corresponden a un verdadero padre, del mismo modo que ejerció sobre María, virginalmente, las funciones y derechos de verdadero esposo. Ambas funciones constan en el Evangelio. Al encontrar al Niño en el Templo, la Virgen reclama a Jesús:"Hijo, porque has obrado así con nosotros? Mira que tu padre y yo, apenados, te buscábamos". María nombra a San José dándole el título de padre, prueba evidente de que él era llamado así por el propio Jesús, pues miraba en José un reflejo y una representación auténtica de su Padre Celestial.
La relación de esposos que sostuvo San José y Virgen María es ejemplo para todo matrimonio; ellos nos enseñan que el fundamento de la unión conyugal está en la comunión de corazones en el amor divino. Para los esposos, la unión de cuerpos debe ser una expresión de ese amor y por ende un don de Dios. San José y María Santísima, sin embargo, permanecieron vírgenes por razón de su privilegiada misión en relación a Jesús. La virginidad, como donación total a Dios, nunca es una carencia; abre las puertas para comunicar el amor divino en la forma mas pura y sublime. Dios habitaba siempre en aquellos corazones puros y ellos compartían entre sí los frutos del amor que recibían de Dios.
Dolor y Alegría
Desde su unión matrimonial con María, San José supo vivir con esperanza en Dios la alegría-dolor fruto de los sucesos de la vida diaria.
En Belén tuvo que sufrir con la Virgen la carencia de albergue hasta tener que tomar refugio en un establo. Allí nació el Jesús, Hijo de Dios. El atendía a los dos como si fuese el verdadero padre. Cual sería su estado de admiración a la llegada de los pastores, los ángeles y mas tarde los magos de Oriente. Referente a la Presentación de Jesús en el Templo, San Lucas nos dice: "Su padre y su madre estaban admirados de lo que se decía de él".(Lc 2,33).
Después de la visita de los magos de Oriente, Herodes el tirano, lleno de envidia y obsesionado con su poder, quiso matar al niño. San José escuchó el mensaje de Dios transmitido por un ángel: "Levántate, toma contigo al niño y a su madre y huye a Egipto; y estate allí hasta que yo te diga. Porque Herodes va a buscar al niño para matarle" (Mt 2,13). San José obedeció y tomo responsabilidad por la familia que Dios le había confiado.
San José tuvo que vivir unos años con la Virgen y el Niño en el exilio de Egipto.
Esto representaba dificultades muy grandes: la Sagrada familia, siendo extranjera, no hablaba el idioma, no tenían el apoyo de familiares o amigos, serían víctimas de prejuicios, dificultades para encontrar empleo y la consecuente pobreza. San José aceptó todo eso por amor sin exigir nada, siendo modelo ejemplar de esa amorosa obediencia que como hijo debe a su Padre en el cielo.
Lo mas probable es que San José haya muerto antes del comienzo de la vida pública de Jesús ya que no estaba presente en las bodas de Canaá ni se habla mas de él. De estar vivo, San José hubiese estado sin duda al pie de la Cruz con María. La entrega que hace Jesús de su Madre a San Juan da también a entender que ya San José estaba muerto.
Según San Epifanius, San José murió en sus 90 años y el Venerable Beda dice que fue enterrado en el Valle de Josafat.
Patrono de la Iglesia Universal
El Papa Pío IX, atendiendo a las innumerables peticiones que recibió de los fieles católicos del mundo entero, y, sobre todo, al ruego de los obispos reunidos en el concilio Vaticano I, declaró y constituyó a San José Patrono Universal de la Iglesia, el 8 de diciembre de 1870.
¿Que guardián o que patrón va darle Dios a su Iglesia? pues el que fue el protector del Niño Jesús y de María.
Cuando Dios decidió fundar la familia divina en la tierra, eligió a San José para que sea el protector y custodio de su Hijo; para cuando se quiso que esta familia continuase en el mundo, esto es, de fundar, de extender y de conservar la Iglesia, a San José se le encomienda el mismo oficio. Un corazón que es capaz de amar a Dios como a hijo y a la Madre de Dios como a esposa, es capaz de abarcar en su amor y tomar bajo su protección a la Iglesia entera, de la cual Jesús es cabeza y María es Madre.
Devoción a San José
Una de las mas fervientes propagadoras de la devoción a San José fue Santa Teresa de Ávila. En el capítulo sexto de su vida, escribió uno de los relatos mas bellos que se han escrito en honor a este santo:
"Tomé por abogado y protector al glorioso San José, y encomiéndeme mucho a el. Vi claro que así de esta necesidad, como de otras mayores, este padre y señor mío me saco con mas bien de lo que yo le sabia pedir. No me acuerdo hasta ahora haberle suplicado cosa que la haya dejado de hacer. Es cosa tan grande las maravillosas mercedes que me ha hecho Dios por medio de este bienaventurado santo, de los peligros que me ha librado, así de cuerpo como de alma; de este santo tengo experiencia que socorre en todas las necesidades, y es que quiere el Señor darnos a entender que así como le fue sujeto en la tierra, que como tenia nombre de padre, y le podía mandar, así en el cielo hace cuanto le pide. Querría yo persuadir a todos que fuesen devotos de este glorioso santo por la gran experiencia que tengo de los bienes que alcanza de Dios".
Otros santos que también propagaron la devoción a San José fueron San Vicente Ferrer, Santa Brígida, San Bernardino de Siena (que escribió en su honor muy hermosos sermones) y San Francisco de Sales, que predicó muchas veces recomendando la devoción al Santo Custodio.


Recursos sobre San José:

 





FELICIDADES A TODOS LOS PAPÁS, EN ESPECIAL AL MIO.


VIERNES DE DOLORES


El Viernes de Dolores o Viernes de Pasión, es el viernes anterior al Domingo de Ramos, comprendido dentro de la última semana de la Cuaresma, conocida por la Iglesia como Semana de Pasión. En algunas regiones es considerado como el inicio de la Semana Santa o Semana Mayor, al iniciarse en éste las procesiones. 
Los católicos manifiestan su fervor religioso en la celebración de los Dolores de Nuestra Señora, incluyendo por ejemplo en la liturgia de la Misa la secuencia del Stabat Mater.
 
En algunos lugares se le denomina Viernes de Concilio, el cual es tomado como día de ayuno y abstinencia, quedando proscrito el consumo de carnes. 
Historia de una festividad
 
Esta antigua celebración mariana tuvo mucho arraigo en toda Europa y América, y aún hoy muchas de las devociones de la Santísima Virgen del tiempo de Semana Santa, tienen su día festivo o principal durante el Viernes de Dolores, que conmemora los sufrimientos de la Madre de Cristo durante la Semana Santa.
El Concilio Vaticano II consideró, dentro de las diversas modificaciones al calendario litúrgico, suprimir las fiestas consideradas "duplicadas", esto es, que se celebren dos veces en un mismo año; por ello la fiesta primigenia de los Dolores de Nuestra Señora el viernes antes del Domingo de Ramos fue suprimida, siendo reemplazada por la moderna fiesta de Nuestra Señora de los Dolores el 15 de septiembre.
 A pesar de ello, la Santa Sede contempla que, en los lugares donde se halle fervorosamente fecunda la devoción a los Dolores de María, este día puede celebrarse sin ningún inconveniente con todas las prerrogativas que le son propias.


17 de marzo de 2016

SAN PATRICIO



Nació en Irlanda; su padre era diácono y funcionario municipal. Siendo adolescente, fue raptado por los invasores para ser vendido por como siervo a los paganos de Irlanda. En un lapso de seis años de trabajo rudo y de sufrimiento por su esclavitud, su alma se templó maravillosamente para la santidad. Por revelación divina, el santo huyó de las tierras de su amo y se embarco en una nave rumbo a su patria, no sin antes haber pasado por miles de sufrimientos y dificultades. Los datos sobre su preparación, ordenación sacerdotal y luego como Obispo, antes de emprender la conversión de Irlanda son muy confusas; pero se cree que Patricio estudió en Francia y que fue ordenado como sacerdote y luego Obispo por San Germán de Auxerre afín de que evangelice Irlanda.
A su arribo a tierras irlandesas, San Patricio permaneció una temporada en Ulster, donde fundó el monasterio de Saul y emprendió, con su energía característica la tarea de conquistar el favor del rey Laoghaire, tierras donde obtuvo –ya sea por su carácter o su don de obrar milagros- una rotunda victoria sobre sus oponentes hechiceros y paganos, y aquel triunfo sirvió para ganar cierta tolerancia a la predicación del cristianismo entre los pobladores de Irlanda. Cuando Patricio había reunido en torno a él numerosos discípulos fieles, como por ejemplo Benigno, destinado a sucederle en la obra de evangelización, progresó rápidamente.
Hacia el 444 se fundó la iglesia catedral de Armagh (hoy Armoc), la sede principal de Irlanda, convirtiéndose luego en centro de administración y educación. Posteriormente, es probable que el santo haya convocado un Sínodo, casi al final de sus días, pues su salud estaba quebrantada por las austeridades sufridas y los interminables viajes. Definitivamente, la vida de este santo se caracterizó por una presencia tanto humana como divina: el prodigio de la abundantísima cosecha que Dios le permitió recoger en Irlanda, estaba siempre presente ante el santo y le colmaba de gratitud.
Es positivamente cierto que en 30 años de apostolado, San Patricio convirtió a "toda Irlanda" al cristianismo.







6 de marzo de 2016

IV DOMINGO DE CUARESMA 2016

El Domingo de la Alegría


Domingo “laetare”. Domingo de la alegría en medio de la Cuaresma. El origen de este mensaje de alegría no es otra cosa que el contenido de la monición de entrada de la eucaristía del Cuarto Domingo de Cuaresma: “Festejad a Jerusalén, gozad con ella todos los que la amáis, alegraos de su alegría, los que por ella llevasteis luto; mamaréis a sus pechos y os saciaréis de sus consuelos”. En su inicio en la versión latina dice: “Laetare Jerusalem”. Pausa de alegría manifiesta en esta segunda mitad de la cuaresma que nos demuestra que la Iglesia siempre ha buscado la alegría o la tristeza.



Con  el  evangelio  de  este  domingo  descubrimos  una  de las catequesis que  mejor resumen  el  misterio  de  la misericordia  de  Dios.  Jesús  nos habla  de  su  padre  en   términos  que  podemos  comprender.  

Cualquier  elemento  de  esta  escena  puede  ser  una  representación  de    nosotros   mismos,  nuestros  anhelos  y  deseos,  nuestras  pretensiones  más  profundas.   Sobre  la   historia   que   nos   narra   Jesús   encontramos   los   distintos   matices   de   nuestra relación con  el  mundo  y  con  Dios. El  hijo  que,  frente  a  su  padre,  considera  que  se  le debe algo más  que su  propia  existencia.  El  que  siente  ansiedad  por  disfrutar  de  la   vida.   El que   necesita   de   una   libertad   mal   entendida.   El que   antepone   su   superflua  felicidad   a   una  relación   de   amor   hijo-padre.   Por   otra   parte,   está   el  criador  de cerdos,  al margen  de  la  historia,  interviene como  alternativa  a  la  vida  junto   al   padre;   espectador,  agente   pasivo,   distante,   alimentando   otras  necesidades.   También   tenemos   los distantes personajes   con   los   que   el   hijo  menor   malgastaba   su   dinero,   las tentaciones   del   mundo,   satisfacciones   de   la  sociedad   de   consumo,   búsqueda   de   placer.   En   otro   lugar   el   hermano   mayor;  orgulloso, cuestionador,  cree  estar  en  posesión  de  la  justicia,  pide  cuentas  de  lo  que   sucede.   Los   criados   y   siervos,   al   servicio   atento   y   constante   de   su   Señor,  también  espectadores  de  la  vida.  Y  el Padre,  paciente, constante,  vigilante  ante  el   amor  de  su  hijo.    Profundamente misericordioso.  Todos  tenemos  mezclado  estos  ingredientes  en  nuestro  ser,  algunas veces  queremos  más  independencia,  otras  condenamos  con  severidad, otras  veces servimos  sin  cuestionar,  muchas  veces,  también,  nos sentimos  pecadores,  solos, desamparados.  

Pero,  para  toda  nuestra  miseria  y  debilidad  tenemos  el  abrazo  tierno  del  padre,  el  que nos  acerca  de  nuevo  al  calor  del  hogar,  porque  su  misericordia  y  perdón  va  mucho más  allá  que  nuestras    limitaciones  y  faltas.

Quizá   tenemos   que   tropezar   para   descubrir   lo   poco   que   somos,  
o   a   lo   mejor  necesitamos     pasar   hambre   para   darnos   cuenta   que   no   estamos   alimentando  debidamente  nuestro  corazón.  El  primer  paso es  tomar  conciencia  de  que hay  cosas  en  nuestra  vida  que  no  hacemos bien,  y  que  necesitamos  del  abrazo  del Padre  Dios.  Tanto  si
nos  identificamos  con  un  hijo  u  otro,  tenemos  que  aprender  a  disfrutar del  Amor  de Dios,  el  que  ya  tenemos  pero  del  que  aún  no  tomamos  
conciencia.  Disfrutemos  del  gozo  de  estar  en  la  casa  del  Padre,  en  su regazo  de amor.

Esta  semana,  tenemos  por  objeto  descubrir  el  corazón  de  la  cuaresma: el  abrazo  del Padre  es  la  catequesis  central  de  nuestra  vida.  Para  esto se  nos  llama,  para  que anunciemos  al  mundo  que  “Dios  nos  ama  con  locura”.  El  corazón  de  Dios  es  tan grande  que  cabemos  todos,  hasta con  nuestras  cargas  y  dificultades,  y  cuanto  antes nos  demos  cuenta  de ello,  antes  podremos  contagiar  nuestra  fe.

El  corazón  simboliza  la  vida, pero  también  es  la  señal  del  amor,  de  la entrega  de  uno hacia  el  otro. Todos  los  mensajes  que  nos  envía  Dios están  en  clave  de  amor,  nos pide que  perdonemos,  con  amor,  que sirvamos  al  que  lo  necesita,  con  amor,  que  demos  de comer  al  hambriento,  de  beber  al  sediento,  de  consolar,  visitar,  dar  consejo,  ...  todo con  amor.  Y  todo  aquel  que  se  siente  profundamente amado  por Dios,   no   tiene  más   que   experimentar   el   gozo   de   su   misericordia   para   darse  cuenta  que  en  esto consiste  la  verdadera  felicidad,  en  que Él se  vale  de  nosotros  mismos  para  amar  a  los que  lo  necesitan.    Seamos cauce,  pues,  de  su  amor.

El   evangelio   no   nos   narra   si   el   hermano   mayor   entró   o   no   en   la fiesta,   ésta posiblemente  sea  nuestra  misión,  terminar  la  historia,  hacer de  hermano  mayor.  Tomar conciencia  de  que  todos  son  mis  hermanos ante  un  mismo  padre  Dios,  que  nos  quiere incondicionalmente.




















28 de febrero de 2016

III DOMINGO DE CUARESMA 2016

Jesús, hoy, nos pide directamente que nos convirtamos, que no vivamos dominados por un ambiente que nos aleja de la paz, del amor, de la solidaridad, de la esperanza… Estamos a la mitad de la Cuaresma y es un buen momento para recapacitar y ver cómo van nuestros esfuerzos de conversión. Sabemos que Él nos ayuda y tiene paciencia con nosotros, como el viñador con la higuera… se puede esperar todavía antes de cortarla.
















21 de febrero de 2016

II DOMINGO DE CUARESMA 2016

En el segundo domingo de Cuaresma subimos con Jesús a la montaña a orar. Es en la oración donde acaece la transfiguración, un anticipo del Cristo glorioso. Podríamos pensar con la mentalidad práctica actual si era necesario que se pusiera a rezar. Sin embargo, es precisamente su oración la que nos revela su verdadera identidad. Es el Hijo que se recibe plenamente del Padre, y nos recibe con Él.













16 de febrero de 2016

ENCUENTRO PROFESORES CATÓLICOS











Este vídeo trata de ser una introducción o ambientación para una ponencia posterior sobre el tema "Necesitados de Misericordia", que se llevó a cabo en el encuentro de profesores católicos del arciprestazgo mancha sur de la diócesis de Ciudad Real, en Membrilla, dentro del marco del Jubileo Extraordinario, año santo de la Misericordia, convocado por el Papa Francisco.



I DOMINGO DE CUARESMA 2016


 PRIMERA SEMANA DE CUARESMA

 JESÚS ES TENTADO






Comenzamos nuestro caminar con un pequeño juego de palabras: Renuncio a los “mi” para encontrar a mi auténtico “yo”.
A medida que vamos renunciando a nuestras posesiones y  egoísmos, vamos dejando que cale la acción del Espíritu Santo en nosotros.
El  desierto  es  el  lugar  bíblico  donde  están  todos  los  caminos,  o  ninguno.  Lo  utilizamos cuando nos encontramos perdidos (“vivo en el desierto”), o cuando nuestra vida es asfixiante, aburrida,  monótona,  vacía.  El  desierto  puede  ser  un  estado  de  nuestra  alma  de  soledad,  de sequía, de no sentir nada... pero también puede ser un lugar propicio para el encuentro.

En el desierto podemos definir una nueva dirección a nuestra vida, podemos configurar  de nuevo nuestra persona en base a lo verdaderamente auténtico. Allí hacemos una tienda en intimidad  para  hablar  con  Dios.  Nos  desapegamos  de  lo  que  no  nos  sirve  y  recuperamos  la  autenticidad de los niños.
Descubrimos en la esencia de la vida, que nos hemos dejado llevar  por la indiferencia, la comodidad, ... que nos hemos hecho esclavos del consumismo.
Jesús fue guiado hacia el desierto. En su camino fue tentado por el diablo. En todas las respuestas  de  Jesús    aparece  una  misma  clave:  “Está  escrito,  está  mandado”.    La  Palabra  de Dios  ya  ha  sido  revelada  para  nosotros,  y  en  ella  está  escrita  la  voluntad  del  Padre.  Hay  que abrir  el  corazón  y  convertirlo  para  escuchar  su  voz  y  no  sucumbir  a  las  tentaciones.
Jesús  contrarrestó    el  egoísmo,  la  vanidad  y    la  ambición  con  la  solidez  de  la  Palabra  de  Dios,  sin  embargo,  nosotros  apenas  conseguimos  superar  nuestras  faltas  con  palabras  que  se  lleva  el  viento. Dejémonos de promesas y comencemos a actuar, es tiempo de cambiar.
Jesús  es  el  pan  de  vida  que  viene  a  salvarnos,  a  librarnos  de  las  ataduras  del  pecado. Sigámosle






Tentaciones. Un juego difícil 

 




11 de febrero de 2016

Hoy los católicos celebramos a la Virgen de Lourdes


Cada 11 de febrero la Iglesia celebra la Fiesta de Nuestra Señora de Lourdes, quien en una de sus apariciones le dijo a Santa Bernardita: “No te prometo hacerte feliz en este mundo, sino en el próximo". Aquí el significado de sus apariciones, el mensaje que dejó y los milagros que se dieron con su intercesión.
 
Era el 11 de febrero de 1858, Bernardita, su hermana y otra niña iban al campo a buscar leña seca, cerca de una gruta. Para llegar ahí tenían que pasar por un arroyo. Bernardita no se atrevía a adentrarse porque el agua estaba muy fría. Se empezó a sacar los zapatos, cuando de pronto escuchó un ruido fuerte proveniente de la gruta.

Se acercó a ver lo que pasaba y ahí en ese lugar sucio y pedregoso se apareció la Virgen envuelta en una luz resplandeciente, con un traje blanco de un tejido desconocido, una cinta azul en la cintura, un largo velo blanco y dos rosas doradas brillantes que le cubrían la parte superior de los pies.

En sus manos, la Virgen tenía un largo rosario blanco y dorado. Entonces juntas empezaron a rezarlo. El domingo 14 de febrero, Bernardita en la gruta reza la primera decena del Rosario y María se aparece. La niña le tira agua bendita para asegurarse que no era una obra del enemigo. La Virgen sonríe, se persigna con el Rosario y lo rezan juntas.

El jueves 18 la Virgen le pide a Bernardita que regrese por quince días seguidos a la gruta. Ante la aceptación y promesa de la pequeña, María le promete hacerla dichosa en el otro mundo. Los rumores de las apariciones se empiezan a esparcir.

El 19 de febrero, Bernardita va con una vela bendecida y encendida. Es así que nace la costumbre de ir con velas para encenderlas ante la gruta. El 20 de febrero la Señora le enseña una oración personal a Bernardita.

El domingo 21, la niña ve que la Virgen estaba triste, le pregunta lo que le pasa y Nuestra Señora le contesta: “Rogad por los pecadores”. Para ese entonces las autoridades amenazaron a Bernardita con llevarla a la cárcel y todos se burlaban de ella.


El 22 la Virgen no se le apareció, pero la niña no perdía la esperanza de volverla a ver. El 23, diez mil personas fueron a ver lo que pasaba. La Virgen se le apareció a Bernardita y le pidió que les diga a los sacerdotes que eleven ahí un santuario, a donde se debe ir en procesión. La niña va y le comenta al sacerdote, quien a cambio pide el nombre de la Señora y que florezca un rosal silvestre sobre el que se aparecía.

El 24 la pequeña le cuenta todo a la Virgen, quien sólo sonrió. Luego María la mandó a rogar por los pecadores y exclamó: “¡Penitencia, penitencia, penitencia!... ¡Ruega a Dios por los pecadores! ¡Besa la tierra en penitencia por los pecadores!” Bernardita así lo hizo y pedía a los espectadores que hicieran lo mismo.

El 25 de febrero la Virgen le ordena beber, lavarse los pies en la fuente y comer hierba. Bernardita, por indicación de María, escarbó en el fondo de la gruta y empezó a brotar agua.
El 26 se produce el primer milagro. El pobre obrero Bourriete, que tenía el ojo izquierdo mutilado, ora y se frota el ojo con el agua de la fuente. Luego empezó a gritar de alegría y fue recuperando la vista. El 27 la Virgen permanece en silencio, Bernardita bebe del agua del manantial y hace los gestos recurrentes de penitencia.

El 28 Bernardita va a la gruta, pero luego es llevada a casa el juez y amenazada de ir a cárcel. En la noche, Catalina Latapie moja su brazo dislocado y el brazo y la mano recuperan su agilidad, produciéndose un segundo milagro.

El martes 2 de marzo, Bernardita va de nuevo donde el párroco a recordarle el pedido de la Virgen.

El 3 de marzo la pequeña le pregunta de nuevo su nombre y la Virgen sonríe. Ese día, una madre en su desesperación lleva en brazos a su hijo que estaba medio muerto. Lo metió 15 minutos en el agua fría y al llegar a casa notó mejoría en la respiración del niño.
Al día siguiente, el niño estaba lleno de vida y completamente sano. Los médicos certificaron el milagro y lo llamaron de primer orden.

El 4 de marzo, al finalizar los quince días, la visión permanece silenciosa. El 25 de ese mes la Virgen se apareció a Bernardita, levantó los ojos hacia el cielo, juntó en signo de oración las manos que tenía abiertas y tendidas hacia el suelo y le dijo a Bernardita: “Soy la Inmaculada Concepción”.

La pequeña salió corriendo a decirle al párroco, quien se conmueve ante la revelación del nombre ya que cuatro años antes se había proclamado el dogma de la Inmaculada Concepción.

El 7 de abril, Bernardita en la gruta y en éxtasis pone su mano sobre la llama de la vela encendida que había llevado y no se quema. Después de la aparición, su mano estaba ilesa y fue comprobado por un médico que presenció el hecho.

El 16 de julio se produjo la última aparición. Bernardita  sintió la misteriosa llamada y al llegar a la gruta se dio cuenta que estaba vallada y no se podía pasar. Se dirige entonces al otro lado, enfrente de la gruta, y vio a la Madre de Dios. ”Me pareció que estaba delante de la gruta, a la misma distancia que las otras veces, no veía más que a la Virgen. ¡Jamás la había visto tan bella!”, dijo Santa Bernardita.

Algunos consideran que la aparición de Nuestra Señora de Lourdes es un agradecimiento del cielo por el dogma de la Inmaculada Concepción y es exaltación a las virtudes de pobreza y humildad como la que tenía la pequeña Bernardita.

Asimismo afirman que es un llamado a aceptar la cruz para ser felices en la otra vida, la importancia de la oración, del Santo Rosario y la penitencia con una misericordia infinita por los pecadores y los enfermos.

El agua de la gruta ha sido analizada por químicos, quienes señalaron que es un agua virgen, pura, natural, sin propiedad térmica y en la que ninguna bacteria sobrevive. Para los cristianos esto es símbolo de la Inmaculada Concepción.


Recursos sobre Nuestra Señora de Lourdes:




Jornada Mundial y Pascua del Enfermo 2016





El departamento de Pastoral de la Salud, dentro de la Comisión Episcopal de Pastoral, ha editado los materiales para la Campaña del Enfermo 2016. Con el mismo lema, “María, icono de la confianza y del acompañamiento. Haced lo que Él os diga (Jn. 2,5)”, la Iglesia en España celebra el día 11 de febrero el Día del Enfermo y el 1 de mayo la Pascua del enfermo, de carácter mundial.

María, icono de la confianza y del acompañamiento
Haced lo que Él os diga” (Jn. 2,5)






10 de febrero de 2016

CUARESMA, TIEMPO DE CONVERSIÓN




























¿Qué es la Cuaresma? 

La Cuaresma es el tiempo litúrgico de conversión, que marca la Iglesia para prepararnos a la gran fiesta de la Pascua. Es tiempo para arrepentirnos de nuestros pecados y de cambiar algo de nosotros para ser mejores y poder vivir más cerca de Cristo. 

La Cuaresma dura 40 días; comienza el Miércoles de Ceniza y termina antes de la Misa de la Cena del Señor del Jueves Santo. A lo largo de este tiempo, sobre todo en la liturgia del domingo, hacemos un esfuerzo por recuperar el ritmo y estilo de verdaderos creyentes que debemos vivir como hijos de Dios. 

El color litúrgico de este tiempo es el morado que significa luto y penitencia. Es un tiempo de reflexión, de penitencia, de conversión espiritual; tiempo de preparación al misterio pascual.
En la Cuaresma, Cristo nos invita a cambiar de vida. La Iglesia nos invita a vivir la Cuaresma como un camino hacia Jesucristo, escuchando la Palabra de Dios, orando, compartiendo con el prójimo y haciendo obras buenas. Nos invita a vivir una serie de actitudes cristianas que nos ayudan a parecernos más a Jesucristo, ya que por acción de nuestro pecado, nos alejamos más de Dios.

Por ello, la Cuaresma es el tiempo del perdón y de la reconciliación fraterna. Cada día, durante toda la vida, hemos de arrojar de nuestros corazones el odio, el rencor, la envidia, los celos que se oponen a nuestro amor a Dios y a los hermanos. En Cuaresma, aprendemos a conocer y apreciar la Cruz de Jesús. Con esto aprendemos también a tomar nuestra cruz con alegría para alcanzar la gloria de la resurrección.
 
40 días

La duración de la Cuaresma está basada en el símbolo del número cuarenta en la Biblia. En ésta, se habla de los cuarenta días del diluvio, de los cuarenta años de la marcha del pueblo judío por el desierto, de los cuarenta días de Moisés y de Elías en la montaña, de los cuarenta días que pasó Jesús en el desierto antes de comenzar su vida pública, de los 400 años que duró la estancia de los judíos en Egipto. 

En la Biblia, el número cuatro simboliza el universo material, seguido de ceros significa el tiempo de nuestra vida en la tierra, seguido de pruebas y dificultades.

La práctica de la Cuaresma data desde el siglo IV, cuando se da la tendencia a constituirla en tiempo de penitencia y de renovación para toda la Iglesia, con la práctica del ayuno y de la abstinencia. Conservada con bastante vigor, al menos en un principio, en las iglesias de oriente, la práctica penitencial de la Cuaresma ha sido cada vez más aligerada en occidente, pero debe observarse un espíritu penitencial y de conversión.




 
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Calendario Litúrgico






Cada año la cuaresma nos invita a buscar la auténtica realidad de nuestra felicidad, nuestro anhelo más profundo es gozar de la presencia de Dios, y actuar según Él ha pensado para cada uno de nosotros. La Cuaresma es un tiempo de paso, de esperanza, de camino, hacia un punto culminante, Jesucristo.


El dibujante Patxi Velasco FANO nos propone que, durante los cinco domingos de cuaresma, construyamos silaba a silaba la palabra "mi-se-ri-cor-dia". Para ello FANO nos presenta unos dibujos, acompañados de un mural con una breve explicación. Así también os dejo la catequesis del primer domingo de Cuaresma elaborada por Poe Ortega. Con este material nos invitan a que Preparemos las mochilas, vayamos ligeros de equipaje, dejemos lo que nos sobra y, mirando a la cumbre que es el amor de Dios, subamos juntos esta cuaresma .









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