Jesús, hoy, nos pide directamente que nos convirtamos, que no vivamos dominados por un ambiente que nos aleja de la paz, del amor, de la solidaridad, de la esperanza… Estamos a la mitad de la Cuaresma y es un buen momento para recapacitar y ver cómo van nuestros esfuerzos de conversión. Sabemos que Él nos ayuda y tiene paciencia con nosotros, como el viñador con la higuera… se puede esperar todavía antes de cortarla.