Hoy Domingo 18 de octubre del 2020, se celebra el Domund.
¿Qué es el Domund? Es el Domingo Mundial de las Misiones, en el que toda la Iglesia reza especialmente por la causa misionera, y organiza una colecta para colaborar con ella. En esta jornada se recuerda la implicación de todos los cristianos en la misión de la Iglesia y el lema de esta jornada en el 2020 es "Aquí estoy, envíame", y cobra especial sentido en la crisis sanitaria de la covid-19.
Todos los cristianos estamos llamados a participar activamente en la misión de la Iglesia. No es cosa de unos pocos - recuerdan desde la OMP -, sino que todos estamos llamados a decir "Aquí estoy, envíame". No es sólo "colaborar con" la misión, sino "participar en" ella. Hay tres formas de unirse a la misión y vivirla en primera persona: con el tiempo, con el dinero y con la oración.
Con lo recaudado en el Domund se sostiene la presencia de la Iglesia en los 1.115 Territorios de Misión; es una forma de ayudar a todas las diócesis misioneras a la vez. La ayuda del Domund es el apoyo anual que permite que la Iglesia pueda presentar la Buena Noticia en todo el mundo, y estar con los que más sufren, también en estos tiempos de pandemia de la covid-19.Obras Misionales Pontificias (OMP) es el instrumento oficial de la Iglesia que se encarga del sostenimiento de los Territorios de Misión. Una de las cuatro obras que forman esta institución, llamada "Obra de la Propagación de la fe", es la que organiza esta jornada. Su fundadora, Pauline Jaricot, será próximamente declarada beata.
El Domund de este año se celebra en un contexto de crisis sanitaria y económica mundial. En estas circunstancias se ha puesto de manifiesto que el papel de la Iglesia es crucial para los más necesitados en países de África, Asia y América. Allí la Iglesia está en primera línea en la lucha contra el virus, la pobreza y el hambre. El Domund es una oportunidad para apoyar su trabajo, y conseguir que las diócesis puedan seguir abiertas en esta crisis sanitaria.
Esta situación urge a los cristianos a hacer más patente, si cabe, su compromiso con la misión en este Domund. La emergencia sanitaria ha provocado que no se puedan hacer las colectas con normalidad en las misas y los colegios. Por ello, desde Obras Misionales Pontificias se recuerda que existen muchas formas de colaborar, más allá de las vías habituales.
Colaborar con el tiempo
La cooperación personal es una forma de colaborar con la misión y puede ser parcial (voluntarios) o de por vida (misioneros). Cada año, desde España, unas 10.000 personas - especialmente jóvenes -, dedican el tiempo de sus vacaciones a hacer una experiencia misionera. En muchos casos esto se convierte en un voluntariado recurrente, y de mayor duración.
En la actualidad hay 1.631 voluntarios en las delegaciones diocesanas de misiones, y en las parroquias, trabajando en la sensibilización misionera, y en el funcionamiento de la "misión de retaguardia".
Todos los cristianos, por su bautismo - como vimos el año pasado en el Mes Misionero Extraordinario -, están llamados a ser misioneros en todos los ámbitos de su vida. Algunos son llamados de una forma particular a dejarlo todo y salir a la misión ad gentes, fuera de sus fronteras. Son un testimonio para todos los cristianos, que les recuerda esta dimensión esencial de su ADN. España es uno de los países que más misioneros tiene: En la base de datos de OMP, hay registrados 10.893 misioneros.
De ellos, 7.792 están en destino, y 3.101 en España, colaborando con la animación misionera o a la espera de nuevos destinos. Los misioneros españoles están en 135 países. Unas 387 instituciones envían misioneros a la misión, cada una con un carisma diferente, pero en comunión.
Colaborar con el dinero
La cooperación económica es otra forma de colaborar activamente con la misión. Con el donativo, también somos misioneros. ¿Cuál es el destino? Los Territorios de Misión. Hay zonas del mundo donde la misión de la Iglesia se encuentra con serias dificultades para seguir adelante por falta de medios personales y económicos: son los "Territorios de Misión".
Ese dinero se divide de forma equitativa entre los 1.115 Territorios de Misión. El Domund se convierte en el gran pulmón de la Iglesia misionera, ya que año a año envía a las diócesis una ayuda fija, como símbolo de unidad de los católicos del todo el mundo, que se preocupan de sus hermanos más necesitados. Con ese dinero se mantiene la vida ordinaria de los territorios de misión, y se sale al encuentro de necesidades extraordinarias. No se trata solo de hacer proyectos, sino de posibilitar que exista la Iglesia en esos Territorios.
Colaborar con la oración
Además de la colaboración personal y económica, hay otra forma de unirse a la misión universal de la Iglesia: la cooperación espiritual. Santa Teresita de Lisieux, patrona de las misiones, demostró que no hacía falta salir de un convento para ser una gran misionera. Este tipo de colaboración se concreta en la oración y el ofrecimiento de los sufrimientos de cada día por la evangelización del mundo. Todos los cristianos están llamados a unirse a ella, a través de lo que se conoce como "la comunión de los santos"
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