17 de noviembre de 2022

SANTA ISABEL DE HUNGRÍA Y SAN ACISCLO Y VICTORIA


Su padre era rey de Hungría y fue hermano de Santa Eduvigis. Nacida en 1207, vivió en la tierra solamente 24 años, y fue canonizada apenas cuatro años después de su muerte. La Iglesia Católica ha visto en ella un modelo admirable de donación completa de sus bienes y de su vida entera a favor de los pobres y de los enfermos.

Cuando ella sólo tenía veinte años y su hijo menor estaba recién nacido, el esposo murió luchando en las Cruzadas. La Santa estuvo a punto de sucumbir a la desesperanza, pero luego aceptó la voluntad de Dios. Renunció a propuestas que le hacían para nuevos matrimonios y decidió que el resto de su vida sería para vivir totalmente pobre y dedicarse a los más pobres. Daba de comer cada día a 900 pobres en el castillo.

Un día, después de las ceremonias, cuando ya habían quitado los manteles a los altares, la santa se arrodilló ante un altar y delante de varios religiosos hizo voto de renunciar a todos sus bienes y de vivir totalmente pobre, como San Francisco de Asís hasta el final de su vida y de dedicarse por completo a ayudar a los más pobres. Cambió sus vestidos de princesa por un simple hábito de hermana franciscana. Cuando apenas iba a cumplir sus 24 años, el 17 de noviembre del año 1231, pasó de esta vida a la eternidad.

Los milagros que sucedieron en su sepulcro movieron al Sumo Pontífice a declararla santa, cuando apenas habían pasado cuatro años de su muerte, y además, Santa Isabel de Hungría fue declarada patrona de la Arquidiócesis de Bogotá.










¡ FELICITAMOS A TODAS LAS PERSONAS QUE HOY CELEBRAN SU ONOMÁSTICA !
FELICITAMOS ESPECIALMENTE A NUESTRAS MAESTRAS: ISABEL RABADÁN TUTORA DE 6ºB,  CARMEN ISABEL, TUTORA DE 5º B Y Mª ISABEL MAESTRA DE RELIGIÓN.






Cada 17 de noviembre, Córdoba celebra a San Acisclo y Victoria que, aunque no lo parezca y lo desconozcan la mayoría de cordobeses -sobre todo los más jóvenes- “son patronos de la ciudad de Córdoba” Y es que con casi toda seguridad muchos pensarán, al oír la palabra ‘patrón’, en el Arcángel San Rafael.



Según la tradición piadosa, Acisclo y Victoria eran dos jóvenes hermanos cordobeses que profesaban el cristianismo a principios del siglo III, cuando Córdoba formaba parte del Imperio Romano. Por decreto del gobernador Dion fueron perseguidos y sometidos a diversas torturas para obligarlos a abjurar de su fe, cosa a la que no parecían dispuestos. Primero, sus verdugos los azotaron con gruesas varas y les clavaron puntas de acero en las plantas de los pies. Después los introdujeron en un horno, más los acabaron sacando al ver que no se abrasaban. Luego intentaron ahogarlos, arrojándolos al río Guadalquivir con pesadas piedras al cuello. Instantes después de sumergirse volvían a emerger, flotando sin el menor síntoma de ahogamiento. Así que decidieron destriparlos con garfios y quemarlos vivos, pero al encender el fuego, éste se descontroló y varios de sus castigadores perecieron achicharrados, sin que ninguno de los dos jóvenes sufriera la menor lesión. Viendo que estaban protegidos por un potente halo de santidad, los romanos optaron por métodos más prácticos. Al joven Acisclo lo degollaron, mientras que a Victoria le cortaron los pechos y la lengua, para luego saetearla con miles de flechas como parte de un macabro espectáculo en el anfiteatro de la ciudad –ubicado a espaldas del actual rectorado de la Universidad–.

Según la tradición, una ciudadana romana llamada Minciana recogió ambos cadáveres y los trasladó a escondidas hasta la orilla del río, donde les dio sepultura.

Cuando se corrió la voz, los creyentes comenzaron a peregrinar a dicha tumba, hasta que décadas más tarde se levantara en ese mismo emplazamiento el primer templo cristiano de Córdoba. El mismo desapareció durante la dominación musulmana, pero tras la Reconquista, volvería a levantarse convertido ya en el primer monasterio de la ciudad. El mismo cayó de nuevo en el abandono durante los siglos posteriores, quedando a día de hoy reducido a un pequeño pero coqueto templo situado a la vera del Guadalquivir: la Ermita de los Santos Mártires.




El 17 de noviembre es el día en que la Iglesia de Córdoba (España) conmemora a sus patronos, San Acisclo y Santa Victoria, mártires del siglo IV. En el vídeo se ven tres lugares de la ciudad vinculados a la tradición que nos habla de ellos.



    ¡FELICIDADES A TOSAS LAS PERSONAS QUE HOY CELEBRÁN SU ONOMÁTICA !




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