La fiesta de San Antonio Abad, cuya celebración litúrgica es el 17 de enero, es la cita festiva de los animales al ser considerado su patrón. Esta celebración lleva realizándose en nuestro pueblo desde hace muchos años en la ermita de San Marcos -lugar donde está expuesta la imagen del santo- teniendo su origen en la Edad Media con raíces religiosas y paganas, ya que se conmemoraba el solsticio de invierno y se honraba al sol con el fuego (de ahí las famosas hogueras, al igual que en San Juan).
Su vida
San Antonio o Antón Abad (Heracleópolis Magna, Egipto, 251 – † Monte Colzim, Egipto, 356) fue un ermitaño egipcio, y se considera el primer monje de la cristiandad (Abad=Padre). Cuenta la historia que siendo un acaudalado joven de 20 años con una vida acomodada, quedó impresionado por la enseñanza cristiana encontrada en el evangelio: “Anda y vende cuanto tienes, y dáselo a los pobres y tendrás un tesoro en el cielo” Mt. 19,21. Éste hecho hizo que repartiera su herencia y se marchara a vivir como un asceta. Sus célebres ‘tentaciones’ como solitario ermitaño fueron motivo de inspiración de numerosos artistas, como Velázquez, Dalí y El Bosco. Su vida atrajo a muchos seguidores, y dedicó varios años a la instrucción de estos discípulos en la vida monástica.
Suele representarse con un cerdo junto a él, o a sus pies. Esto tiene su origen en una leyenda y al mismo tiempo es un símbolo. La leyenda dice que un jabalí, malherido por unos cazadores había quedado ciego y fue a refugiarse junto al santo. San Antonio muy entristecido por la ceguera del animal lo sanó. Desde entonces el jabalí se quedó a vivir con él y le defendía de cualquier fiera o alimaña que se acercase a la guarida del santo. El símbolo místico del cerdo junto a él expresa, también, que ha dominado la naturaleza animal y primitiva del ser humano. San Antonio Abad trataba a los cerdos con el mismo amor que los hindúes tratan a las vacas, incluso llegó a desarrollar un medicamento para tratar el ergotismo a base de la grasa del cerdo que daba muy buen resultado. Con el paso del tiempo se convirtió en el benefactor de todos los animales por su vida dedicada a la naturaleza.
A raíz de esta historia del cerdo, en la Edad Media, los hospitales dejaban sueltos por las eras de los pueblos cerdos, que la gente alimentaba, y que se usaban para dar de comer a los enfermos o para vender. Estos cerdos llevaban campanitas y eran muy cuidados por todos, pues era como si estuviesen bajo el poder del santo. San Antonio se dedicó a cuidar y curar a los enfermos indeseables que nadie quería cerca y que echaban al desierto: leprosos, enfermos de sarna y de eccemas, apestados, escrofulosos, enfermos de venéreas y locos, sobre todo los afectados por el ergotismo, que acabó llamándose “fuego de San Antonio”, por los dolores, semejantes a quemaduras, que esta enfermedad producía en nervios y articulaciones.
El puñado
En la antigüedad, era costumbre que alguna persona ofreciera por algún favor recibido de San Antón, el comprar un cochinillo pequeño, que tras ponerle en el cuello una cinta de color con una campanilla, le soltaba en la calle a que se buscara su alimentación diaria por su cuenta. No tenía que trabajar mucho para ganarse la comida, pues se ponía a caminar por las calles del pueblo, que al ruido de la campanilla, cualquier vecino (las mujeres en su mayoría), enseguida le sacaban a la calle el sustento, que en su mayoría era un puñado de granos de cebada, guisantes, titos, etc., que hasta había quien le amasaba harina de cebada molida y salvado. Los alimentos anotados anteriormente, es que no faltaban casi en ninguna casa, porque en ellas se engordaban cerdos. En recuerdo a la alimentación del cerdo, se venden los “puñados”, añadiendo frutos secos y algún dulce para hacerlos más apetitosos para el consumo humano.
Hogueras
En algunos barrios, como el del cachiporro y zona centro, se encienden hogueras con leña y muebles viejos invitando a todos los vecinos que se acercan al calor de la hoguera con mistela, dulces, y carne asada, pasando un rato agradable. La hoguera de la asociación Juan Alcaide tendrá lugar en el parque de las Infantas a partir de las 22 horas.
El panecillo
Otro elemento que suele aparecer en los cuadros de San Antonio es el cuervo llevándole un pan. Esto es normal en la pintura de todos los anacoretas. A San Antonio el cuervo le llevaba todos los días una hogaza. En este cuadro aparece con San Pablo de Tarso mientras el cuervo les lleva la comida, los dos están a la entrada de una cueva que les sirve como morada, puesto que son ermitaños,
Actos litúrgicos
En la ermita de San Marcos se celebrará una misa el día 17 de Enero a las 12 horas, continuando con la bendición de los animales allí presentes.
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