2 de febrero de 2023

FIESTA DE LA PRESENTACIÓN DEL SEÑOR



Aunque esta fiesta del 2 de febrero cae fuera del tiempo de navidad, es una parte integrante del relato de navidad. Es una chispa de fuego de navidad, es una epifanía del día cuadragésimo. Navidad, epifanía, presentación del Señor son tres paneles de un tríptico litúrgico.


El día 2 de febrero se celebra y recuerda la presentación del Niño Jesús al templo, llevando a alguna imagen del Niño Dios a presentar a la iglesia o parroquia. También ese día, se recuerdan las palabras de Simeón, llevando candelas (velas hechas de parafina pura) a bendecir, las cuales simbolizan a Jesús como luz de todos los hombres. De aquí viene el nombre de la "Fiesta de las candelas" o el "Día de la Candelaria".







Cada 2 de febrero la Iglesia Universal celebra la Fiesta de la Presentación de Jesús en el Templo, donde se realiza el encuentro con Simeón y Ana, que se entiende como el encuentro del Señor con su pueblo, y además se realiza la purificación ritual de la Virgen María.

En esa época cuando nacía el primogénito era llevado a los cuarenta días al Templo para su presentación, así como lo describe la Ley de Moisés, por eso desde el 25 de diciembre que se celebra el nacimiento del Verbo encarnado al 2 de febrero, José y María cumplieron con llevarlo a consagrar.

Al llegar al Templo, se encuentran con Simeón, a quien el Espíritu Santo prometió que no moriría sin antes ver al Salvador del mundo, y fue el mismo Espíritu quien le dijo al profeta que ese pequeño niño era el Redentor y Salvador de la humanidad.

También en este día se encontraba en el Templo la hija de Fanuel de la Tribu de Aser, de nombre Ana, de edad muy avanzada; Ana enviudó a los 7 años de haberse casado y permaneció así hasta los 84 años, y paraba día y noche en el Templo sirviendo a Dios y ofrecía ayunos y oraciones. Ana al ver al niño alababa a  Dios y hablaba del niño a todos los que esperaban la redención de Jerusalén.



Hoy 2 de febrero, la Iglesia celebra también,  la XXVII Jornada de la Vida Consagrada: 

«Caminando en esperanza»




«Caminando en esperanza». Este es el lema con el que la Iglesia celebra el 2 de febrero la Jornada de la Vida Consagrada, coincidiendo con la fiesta de la Presentación del Señor. «Un día especial para pararse a valorar y agradecer el don de la vida consagrada tal y como el Espíritu la va suscitando en la Iglesia de cada tiempo«, como destacan los obispos de la Comisión Episcopal para la Vida Consagrada en su mensaje para este día.

¿Cuál es el mensaje de los obispos?

«Cada mañana trae su propio camino» y «solo puede aventurarse en él sin extraviarse quien lo afronta bajo el signo de la esperanza en Jesús resucitado«. Con estas palabras los obispos de la Comisión Episcopal para la Vida Consagrada sintetizan el lema de ese año, «Caminado en esperanza», que también conecta con el Sínodo 2021-2024.

«Caminando -explican- es un gerundio que hace referencia a una acción continua y persistente, que no se cansa ni se detiene, que conlleva paciencia y tesón«. En esperanza, «indica un modo muy concreto de llevar adelante dicha acción a través de la virtud cristiana más necesaria para quien desea vivir en marcha y volcado hacia el futuro que hemos de construir todos los miembros de la Iglesia unidos».

La Jornada de este año invita a contemplar «el talante y el horizonte» de los que se consagran a Dios «caminando en esperanza» para «ser cada día apóstoles del reino, levadura en la masa, semilla en la tierra, sal en el guiso y candelero en lo alto».

«Dios, su desde, en y hacia dónde»«los hermanos, su con quién» y «los empobrecidos, su para qué».

Las personas consagradas tratan de confiar caminando en esperanza «aun cuando no tienen, como su maestro, dónde reclinar la cabeza» porque «Dios es su desde, en y hacia dónde». Tratan de compartir caminando en esperanza «aun cuando no llevan bastón ni alforja ni una capa o túnica de sobra» porque «los hermanos son su con quién». Y tratan de acompañar caminando en esperanza, «aun cuando no consiguen más que un par de monedas que echar en la ofrenda del templo» porque «los empobrecidos son su para qué».

«Un paso detrás de otro con «determinada determinación»«

«Para ir lejos -advierten los obispos- hay que dar un paso detrás de otro con «determinada determinación». Y hay que hacerlo cada día con ánimo esperanzado» siguiendo el ejemplo del anciano Simeón y la profetisa Ana que «supieron sembrar con paciencia y recoger con gratitud, servir calladamente y cantar de júbilo, esperar a que el Mesías se abriera camino hasta ellos y caminar compartiendo con todos la esperanza del Señor«.

En el espejo de Simeón y Ana «se mira hoy toda la vida consagrada, consciente del momento que vive y alentada por el deseo de sumarse al compás sinodal de la Iglesia «caminando en esperanza». Y en su figura se reconoce «el rostro de tantos consagrados y consagradas que caminan sinodalmente en esperanza».

«Demos gracias a Dios por la luz que nos llega a través de su vocación entregada y elevemos nuestra oración por la humanidad sufriente, para que llegue el día en que los ojos de todos contemplen a su Salvador», concluyen los obispos su mensaje.






 



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